Los distintos sistemas que componen nuestro organismo necesitan comunicarse para funcionar de manera coordinada. El intercambio de información se produce a través del sistema nervioso, más rápido y basado en impulsos eléctricos, y también gracias al sistema endocrino, basado en sustancias químicas que circulan en la sangre, las conocidas hormonas.

Así lo explica la doctora Cristina Lamas, del área de Neuroendocrinología de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien añade que éstas se producen en las glándulas endocrinas, distribuidas por todo nuestro cuerpo.

"Desde las glándulas, las hormonas se liberan a la sangre, que las hará llegar hasta todos los órganos y tejidos sobre los que cada de ellas tenga efecto. Para transmitir su mensaje, las hormonas necesitan unirse a su receptor en la membrana o en el interior de las células", explica.

En este contexto, la Sociedad Americana de Endocrinología destaca que las hormonas juegan un papel muy importante en la química de nuestro propio cuerpo porque 'transportan' mensajes entre las células y los órganos; afectan a las funciones de nuestro cuerpo y al desarrollo sexual de la persona; interfieren en el descanso y en el sueño; en cómo se maneja el estrés o en la saciedad, y en el metabolismo del cuerpo.

"Cuando se encuentran proporcionadas, las hormonas ayudan al cuerpo a funcionar correctamente. Pero algunas veces los niveles hormonales están descompensados, o son muy altos (hipertiroidismo) o son muy bajos (hipotiroidismo), una situación que puede ocurrir independientemente de la edad de la persona y provocar serios problemas de salud, que requieran de un tratamiento médico", añade.

En este sentido, Lamas agrega otros procesos que tienen lugar en el organismo y que que el sistema endocrino regula:

  • La absorción de nutrientes y su incorporación a las células para ser utilizados como materias primas en la síntesis de proteínas y otras sustancias o como fuente de energía.
  • El crecimiento en la infancia.
  • El metabolismo del calcio y la renovación de los huesos.
  • El ciclo menstrual y la generación de óvulos y espermatozoides para la reproducción.
  • Los cambios que ocurren en el cuerpo de la mujer durante el embarazo.
  • La producción de leche en la mama durante la lactancia.
  • El control de la inflamación y del estrés.
  • El control de la tensión arterial.
  • El mantenimiento de los niveles de numerosos electrolitos (sodio, potasio, fósforo, magnesio) en la sangre, y muchas otras.

"Los efectos de algunas hormonas son muy rápidos y ocurren en minutos. Por ejemplo, la reducción en los niveles de glucosa en sangre en repuesta a la liberación de insulina. Por el contrario, otras hormonas actúan en plazos de horas (la hormona paratiroidea, que regula los niveles de calcio en la sangre) o incluso de días, como las hormonas tiroideas", agrega.

Pero, ¿dónde se encuentran?

Así, la especialista de la SEEN recuerda que el sistema endocrino está distribuido por todo el cuerpo y que, por ejemplo en la cabeza, están el hipotálamo, que conecta el sistema nervioso y el sistema endocrino, y la hipófisis, en la que se producen la hormona de crecimiento, la prolactina, y las hormonas encargadas de regular el funcionamiento del tiroides y de las gónadas (ovarios y testículos).

En el cuello, Lamas indica que están el tiroides, lugar de producción de las hormonas tiroideas, imprescindibles para el correcto funcionamiento de prácticamente todos nuestro órganos y sistemas; y las glándulas paratiroideas, responsables del metabolismo del calcio y del hueso.

Mientras, la endocrino señala que en el abdomen está el páncreas, que es al mismo tiempo glándula exocrina, porque libera al intestino enzimas para la digestión de los alimentos, y glándula endocrina, porque libera a la sangre insulina y otras hormonas menos conocidas como el 'glucagón' o la 'somatostatina', por ejemplo.

También indica que estarían las glándulas suprarrenales, según añade la experta, donde se produce el cortisol y la adrenalina, las principales hormonas mediadoras de la respuesta al estrés, y la aldosterona, que regula la tensión arterial. "Los ovarios y los testículos se alojan en la pelvis: además de producir respectivamente óvulos y espermatozoides, fabrican estrógenos, responsables de la feminización de las mujeres, y andrógenos, responsables de la aparición de caracteres masculinos en los hombres (barba y vello corporal, calvicie, aumento de la masa muscular, entre otras características)", sentencia la miembro de la SEEN.