La salud de las personas mayores se debe medir en términos de función y no de enfermedad pues es aquella la que determina la expectativa de vida, la calidad de vida y los recursos o apoyos que precisará cada población. El objetivo es mantener un nivel de función que permita el mayor grado de autonomía posible en cada caso.

Las caídas representan la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales. Además, las personas mayores de 65 años son quienes sufren más caídas mortales. Cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad requiere de atención médica. Precisamente, el 75 por ciento de las caídas se producen en personas mayores de 65 años.

Así lo alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), al mismo tiempo que advierte de que la edad es uno de los principales factores de riesgo de las caídas. "Los ancianos son quienes corren un mayor riesgo de muerte o de lesión grave por caídas, y el riesgo aumenta con la edad. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América de un 20 a 30% de las personas mayores que se caen sufren lesiones moderadas o graves, tales como hematomas, las fracturas de cadera o los traumatismos craneoencefálicos. La magnitud del riesgo puede deberse, al menos en parte, a los trastornos físicos, sensoriales y cognitivos relacionados con el envejecimiento, así como a la falta de adaptación del entorno a las necesidades de la población de edad avanzada", agrega.

En una entrevista, la vicepresidenta de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontólogos, Camino Oslé, subraya la importancia de prevenir las caídas en este segmento de edad por sus consecuencias clínicas y también por la pérdida en la calidad de vida que puede suponer una caída. Según subraya, los antecedentes en las personas mayores son "determinantes" a la hora de que tengan más probabilidades de caerse.

Así, defiende que si en el transcurso de su vida han sido deportistas, han hecho ejercicio, y tienen una "fabulosa movilidad", les será más difícil caerse y tener graves consecuencias. "La masa muscular de las personas favorecerá más o menos esa caída, el tener movimientos seguros. Hay que tener cuidado con las alfombras, que son nefastas", subraya.

Además, llama la atención sobre el hecho de la caída en sí, y observar si ésta se produce o bien porque el hueso se rompe debido a la osteoporosis generada con la edad, o bien por un accidente y un resbalón en la calle o con la alfombra en casa. Con el objetivo de reducir los riesgos de una caída, Oslé resalta la importancia de que las personas más mayores lleven un buen calzado, y las zonas por donde transiten (tanto en sus casas como en el exterior) estén bien iluminadas, señalizadas, y sobre todo cumplan las normas de accesibilidad universal.

Principales complicaciones y consejos

Desde la Clínica Universidad de Navarra (CUN) enumeran las principales complicaciones que pueden surgir tras las caídas en el anciano, tales como fracturas o heridas importantes, que obligan a la inmovilidad de la persona y, en ocasiones, a tener que someterse a una intervención quirúrgica, con el riesgo que eso conlleva.

"Las causas que predisponen a que el anciano sufra dichas caídas son las alteraciones propias del envejecimiento, de la marcha y del control postural, y de aquellas enfermedades que alteran la estabilidad: enfermedad de Parkinson, accidentes cerebrovascular agudos, alteraciones visuales, o alteraciones auditivas", señalan entre otras.

Por ello, citan esta serie de consejos para evitar caídas en las personas mayores:

- Asegúrese de que la casa tiene buena iluminación, de manera que se evite tropezar con objetos que son difíciles de ver. Instale luces nocturnas en el pasillo, hall, dormitorio y cuarto de baño.

- Las alfombras han de estar bien sujetas al suelo o disponer de superficies antideslizantes.

- Los cables de la electricidad no deben estar en el suelo o en zonas de paso.

- Ponga barandillas en el cuarto de baño, para el uso de la bañera, ducha y retrete. Sustituya la bañera por una ducha.

- No utilice escaleras sin barandillas, asegúrese que están bien iluminadas.

- No coloque las cosas ni demasiado altas ni demasiado bajas, que todo esté al alcance de la mano, para de esta manera evitar el uso de escaleras.

- Use zapatos de suela antideslizante y de tacón bajo.

- Evite llevar sandalias y chanclas, para prevenir tropiezos.

- Si no siente seguridad al caminar, use bastón o andador, así aumentará su base de apoyo.

- Antes de levantarse de la cama o de una silla, siéntese unos minutos en el borde antes de ponerse de pie.

- Si nota mareos o disminución de la visión, consulte con su médico.