Es frecuente que a la hora de estornudar nos tapemos la nariz para evitar expulsar los mocos. Pero este es un acto que puede acarrear numerosos problemas.

Eso es lo que le ocurrió a un británico de 34 años el pasado mes de enero. El hombre se tapó la nariz en un gesto de educación cuando iba a estornudar, pero acabó causándose una perforación en la faringe, según publicó el medio británico The Verge. Y, es que al tapar la salida de aire poniendo los dedos en su nariz, con la boca cerrada, su garganta fue incapaz de resistir tanta presión.

Al no poder liberarse ni por la nariz ni por la boca la fuerte presión generada por el estornudo, el aire forzó la garganta hasta causar la grave lesión.

Este tipo de casos no son frecuentes. Pero es aconsejable no taparse la nariz al estornudar por los problemas que puede generar.

No solo la garganta

Dañar la garganta no es lo único que puede ocasionar la costumbre de taparse la nariz al estornudar. Los oídos también pueden sufrir. Los problemas pueden ir desde una infección en el oído a dolores de cabeza e incluso otitis.

Además, también puede dar pie a que se sangre por la nariz o a hemorragias en la conjuntiva ocular.

Expulsión de gérmenes

A pesar de todo esto, tampoco es recomendable estornudar libremente y sin tomar ningún tipo de medida cuando estamos en un espacio público. Y no solo por un tema de educación.

La acción de estornudar, al igual que la de toser, genera la expulsión de una gran cantidad de gérmenes. El estornudo es un acto reflejo provocado por partículas que alcanzan las vías respiratorias, por lo que no se podrá evitar. Así que, lo más aconsejable será utilizar un pañuelo y tirarlo inmediatamente para no contagiar a nadie.