La insuficiencia cardiaca afecta a más de 5,7 millones de adultos y se espera que ese número aumente. Las estrategias de prevención de la insuficiencia cardiaca actualmente hacen hincapié en dejar de fumar, controlar la presión arterial alta y mantener una dieta y un peso saludables para prevenir las enfermedades cardiacas, pero la investigación está limitada sobre los patrones dietéticos y la insuficiencia cardiaca incidente en pacientes sin enfermedad cardiaca.

Las dietas basadas en plantas se asocian con menor riesgo de insuficiencia cardiaca en adultos sin enfermedad cardiaca conocida, mientras que las dietas del sur de Estados Unidos que consisten en más alimentos fritos y procesados y bebidas endulzadas se relacionan con mayor riesgo, según un estudio publicado en el 'Journal of the American College of Cardiology' que analizó la relación entre cinco patrones dietéticos y el riesgo de insuficiencia cardiaca.

Los investigadores en este estudio analizaron cinco patrones dietéticos principales que se identificaron dentro de la población del estudio 'Razones de las Diferencias Geográficas y Raciales en el Accidente Cerebrovascular' (REGARDS, por sus siglas en inglés) y examinaron la relación entre esos patrones y hospitalizaciones por incidentes de insuficiencia cardiaca en los participantes de REGARDS sin enfermedad cardiaca conocida o insuficiencia cardiaca en la línea de base. Dentro del estudio REGARDS, los científicos redujeron el tamaño de su muestra a 16.608 adultos blancos y negros de 45 años o más.

Se envió a los participantes una encuesta de 150 preguntas basada en 107 alimentos, que se clasificaron en las cinco dietas predeterminadas: 'Conveniencia', en gran medida platos de carne, pasta, platos mexicanos, pizza y comida rápida; 'a base de vegetales', con verduras, frutas, frijoles y pescado; la de 'dulces/grasas', basada en abundantes en postres, pan, alimentos dulces para el desayuno, chocolate y otras azúcares; la dieta 'Sureña', compuesta de comida frita, carnes procesadas, huevos, grasas agregadas y bebidas endulzadas con azúcar; y la de 'alcohol/ensaladas', con mucho vino, licor, cerveza, verduras de hoja verde y aderezo para ensaladas.

Después de 8,7 años de seguimiento en promedio, hubo 363 nuevas hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca. Los investigadores observaron un 41 por ciento menos de riesgo de nueva hospitalización por insuficiencia cardiaca para los participantes que estaban más adheridos a la dieta basada en vegetales, en comparación con los que seguían menos esa dieta.

La mayor adherencia a la dieta sureña se vinculó con un 72 por ciento más de riesgo de hospitalización por insuficiencia cardiaca. Sin embargo, cuando la dieta sureña se ajustó según el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura, la hipertensión, la dislipidemia y otros factores, la asociación ya no fue estadísticamente significativa.

Los investigadores creen que esto podría significar que el patrón dietético sureño podría aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca a través de factores como la obesidad y el exceso de grasa abdominal, entre otros factores de ajuste. No encontraron relaciones estadísticamente significativas entre los patrones dietéticos restantes y el riesgo de insuficiencia cardiaca.

Los científicos también analizaron la insuficiencia cardiaca estratificada por subgrupos de insuficiencia cardiaca. Hubo 133 casos de insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada y 157 casos de insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida. Los autores de este análisis no hallaron diferencias significativas en las asociaciones con la insuficiencia cardiaca por fracción de eyección con ninguno de los patrones dietéticos.

"La necesidad de estrategias preventivas basadas en la población para la insuficiencia cardiaca es crítica", afirma la autora principal del estudio, Kyla Lara, investigadora de cardiología en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, Estados Unidos. "Estos hallazgos respaldan una estrategia dietética basada en la población para reducir el riesgo de incidente de insuficiencia cardiaca", añade.

Una de las principales fortalezas del estudio fue el tamaño grande y diverso de la muestra que incluyó a personas de todos los niveles demográficos y socioeconómicos. Las limitaciones incluyen posibles errores de clasificación debido a informes de ingesta dietética inexactos y, dado que la dieta solo se evaluó al inicio del estudio, es posible que se hayan producido cambios en la dieta después de la evaluación inicial.