Ya sabes que la única forma de adelgazar es caer en lo que se considera un déficit calórico: gastar más calorías de las que consumes. Es algo que sólo vas a poder hacer si sustituyes los ultraprocesados por otros elementos naturales que te aportan más nutrientes y que te dan energía para afrontar tu día a día sin añadir calorías innecesarias.

Uno de los cambios obligatorios a la hora de perder peso es el de sustituir todos los postres y los tentempié de media mañana o de media tarde por alimentos más naturales como fruta. Y si hablamos de este tipo de alimentos una de las variedades que más está últimamente en boca de todos es, sin duda, el aguacate.

Por su sabor el aguacate sirve para casi todo. Pero lo más beneficioso puede ser tomarlo en el desayuno con un poco de pan y, por ejemplo, aceite de oliva. Y es que cuanto más saciante sea el desayuno mejor te va a sentar ya que vas a conseguir no picar entre horas. En ocasiones en esa primera comida del día abusamos de dulces que suben muy rápido el azúcar del organismo pero que también hacen que tengas hambre demasiado rápido.

Esta fruta tiene muchos beneficios y muchos famosos lo han descubierto y lo promocionan en sus redes sociales igual que hicieron con este popular desayuno. Se trata de un producto con mucha grasa que te va a ayudar a bajar esa barriga que tanto te acompleja y que va en contra de tus objetivos de la "operación bikini". Y es que no todo es grasa mala. Más bien al contrario. Necesitas grasa para vivir y para seguir con tus actividades del día a día pero grasa beneficiosa como la que tiene el aguacate. Ahora viene la gran pregunta ¿cuándo lo debes comer?

Objetivo: cinco piezas al día

El aguacate sería, por tanto la primera fruta que te tomes en el día pero no la única. Luego, para lograr tu objetivo de cinco piezas de fruta y verdura al día, puedes ir un paso más allá y llevarte a tu puesto de trabajo una manzana o un plátano con los que complementar tu dieta rica el todo tipo de nutrientes. Recuerda, por último, que adelgazar es algo que te va a llevar su tiempo. Tiene que ser, como poco, un objetivo a largo plazo. Hay que cambiar hábitos pero también tener paciencia. Y hacerlo sobre todo por salud.