Recientemente se hizo público un estudio en el que se concluía que entre el 30 y el 40% de los móviles que se venden de la marca china Xiaomi son falsos. Esta cifra da fe de la gravedad de una problemática que no se circunscribe únicamente a los dispositivos de este gigante tecnológico chino. De hecho, en mayor o menor medida prácticamente todos los fabricantes están afectados por las falsificaciones de móviles.

Se trata de artículos falsos -la mayoría de ellos fabricados en el continente asiático- pero cuya apariencia es casi idéntica a la de los originales, por lo que a menudo resulta muy difícil detectar estas falsificaciones. En este sentido, nadie está a salvo de ser víctima de uno de estos fraudes al adquirir un smartphone.

Esto no significa, no obstante, que no existan trucos para detectar una posible falsificación. Y es que más allá de las súper ofertas con descuentos imposibles o de los comercios de dudosa reputación -la mayoría de veces online- que ofertan móviles a precios sospechosamente bajos, existen una serie de recomendaciones que es necesario tener en cuenta para asegurarnos de que el móvil que vamos a comprar es auténtico y no una simple imitación.

La primera comprobación que tenemos que realizar es consultar el IMEI de nuestro móvil. Se trata de un número de identificación único y exclusivo para cada teléfono, una especie de DNI que resulta muy útil para tramitar gestiones con la operadora o con el fabricante cuando surge una incidencia y debemos identificar nuestro móvil. En el caso de las falsificaciones, estas o bien no disponen de número IMEI o bien es falso. Puedes encontrar esta identificación en la batería o bien en una pegatina en la caja del móvil.

Para comprobar que el IMEI es correcto, podemos comparar este número con el que nos aparece si marcamos en nuestro móvil Android *#06#. En el caso de los dispositivos Apple, podremos consultarlo a través de iTunes. También podemos verificarlo en alguna base de datos online de números IMEI.

Otra medida de precaución básica es comprobar las especificaciones técnicas de nuestro móvil con las que ofrecen los fabricantes. En el caso de que las prestaciones ofrecidas por nuestro dispositivo no igualen las que refleja la marca, tendremos razones para sospechar.

Podemos recurrir también a un benchmark, una prueba de rendimiento que sirve para analizar el funcionamiento y rendimiento de un dispositivo electrónico. Para ello, deberemos instalar en nuestro móvil aplicaciones benchmark como AnTuTu, CPU-Z, Vellamo o Geekbench. Estas nos ofrecen datos sobre el rendimiento del procesador, la RAM, la calidad de la cámara de fotos€, lo que nos permitirá comprobar si nuestro dispositivo rinde correctamente o bien lo hace por debajo de las prestaciones que establece cada fabricante.

Los pequeños detalles también nos ayudarán a detectar falsificaciones. Así, debemos analizar con atención nuestro móvil, comprobar el acabado de los materiales, el logotipo del fabricante, el diseño del embalaje€ Podemos, por ejemplo, llevar nuestro teléfono a una tienda y comparar nuestro dispositivo con el del comercio para ver si realmente son idénticos. Por último, resulta básico aplicar el sentido común y desconfiar de ofertas inverosímiles. En este sentido, para evitar que nos den gato por liebre no debemos olvidar nunca que nadie ofrece duros a cuatro pesetas.