El cargador común para todos los dispositivos portátiles esta cada vez más cerca, pero la iniciativa, impulsada por la Unión Europea, plantea algunos interrogantes, especialmente respecto a los iPhone.

Igualmente, algunos fabricantes han mostrado objeciones por el impacto que pueda tener sobre la innovación, el desarrollo de bateías y los nuevos sistemas de carga.

El pleno del Parlamento Europeo urgió el pasado mes de enero a la Comisión Europea a adoptar antes del verano las medidas legislativas necesarias para hacer realidad el cargador único.

En una resolución aprobada con 582 votos a favor, 40 en contra y 37 abstenciones, los eurodiputados señalan que la UE debe adoptar "con carácter urgente" estas medidas con el objetivo de reducir la cantidad de residuos y facilitar a los consumidores europeos "opciones sostenibles".

Según las cifras aportadas por la Eurocámara, los residuos electrónicos ascienden a unos 50 millones de toneladas métricas al año en el mundo, de las cuales 12,3 millones fueron generadas en Europa en 2016, equivalentes a 16,6 kilos por ciudadano del bloque.

En la misma línea, el Parlamento Europeo reclamó a la Comisión Europea que adopte medidas para asegurar la interoperabilidad de los distintos cargadores inalámbricos con diferentes dispositivos móviles y estudie cómo aumentar el volumen de cables y cargadores recogidos y reciclados.

Por otro lado, pidió a Bruselas que se asegure de que los consumidores europeos no sigan estando obligados a comprar un nuevo cargador con cada dispositivo portátil nuevo. Esta estrategia, defienden los eurodiputados, debe desplegarse en paralelo a la del cargador común "sin llevar aparejados precios más altos".