El cuerpo de Esther estaba boca abajo con el abrigo puesto, la ropa sucia y helado, como la hierba que lo rodeaba por las bajas temperaturas. Analizan las fibras de la ropa por si pueden indicar que proceden, por ejemplo, del maletero de un coche. Los vecinos creen que tuvieron que trasladar el cuerpo horas antes, pero las batidas se hicieron en dirección contraria, hacia el río no hacia el pueblo, y la aparición de la mochila de Esther con el móvil hacen complicada la tesis de que un asesino la depositara después con el teléfono, porque gracias a él sabrán donde estuvo hasta las 6:00 de la mañana que se apagó. Los investigados que estuvieron con ella dicen que se bajó del coche en La Maña a 300 metros, porque ellos se iban a dormir y viven cerca, y Esther pudo caer camino de su casa, pero también pudo morir antes y su cuerpo abandonado para tener una coartada.