Cristian no ha querido declarar, pero admitió ante la policía el crimen de Mohamed. Aunque habló de un golpe tras una discusión y negó rotundamente la agresión sexual, su versión no cuadra con la autopsia y la hipótesis policial. Creen que raptó al niño para violarlo, pero se defendió y la violencia empleada por Cristian fue desmedida. La policía ha constatado que Cristian tiene una discapacidad intelectual y un antecedente por agresión sexual a un chico mayor de edad también con discapacidad. Una agresión por la que no fue procesado. También consta en su historial un robo en uno de los colegios en los que trabajaba a través de la asociación de inclusión en la que también jugaba al fútbol. Fue condenado a seis meses de prisión. Los vecinos no sabían de sus antecedentes. Hablan de una persona con un comportamiento infantil que ahora trabajaba de repartidor de butano y pizzas.