A comienzos de los 90, el Gobierno de Yugoslavia canceló la autonomía de Kosovo, disolvió su Parlamento y cerró la televisión nacional. Las nuevas autoridades reorganizaron toda la vida institucional, mientras que la mayoría de los ciudadanos respondieron manifestándose pacíficamente. En aquella nefasta época, Fadili, que trabaja como archivista, tiene que elegir entre dos opciones, a sabiendas de que ambas son injustas. Así, involuntariamente y a mala gana, se traga la vergüenza, soporta la presión que le viene de todos lados y lidia con la mala reputación por una sola razón: proveer de bienestar a su familia.