Mientras que él no ha querido hacer declaraciones, hay quienes no se han podido callar. Indignación lanzada al banquillo, a los oídos de Carlos Santiso, tras conocerse el mensaje que envió para animar a sus técnicos. La conversación se produjo hace cuatro años y salta al terreno ahora que vuelve a ser el entrenador del equipo femenino del Rayo. Y aunque pide perdón por lo que considera una broma machista de muy mal gusto, su arrepentimiento no convence. El Secretario de Estado para el Deporte califica los comentarios de nauseabundos. Repulsa que comparte la afición. El único apoyo que parece tener es el del presidente del club. Acabar con la frivolización de las agresiones sexuales es un partido que aún no se ha ganado.