Detrás de las cifras de muertos por coronavirus en España hay nombres y apellidos. Pilar nació en una familia acomodada pero desde niña pensó en entregarse a los demás, en hacerse religiosa y dedicar su vida a los que menos tienen. Siempre generosa y siempre amable. De la docencia a Cáritas. Así vivió, renunciando a lujos, para darlo todo. Antonio, era el cumplidor de sueños. Perdió a un hijo en los 90, un joven que amaba y soñaba con tener caballos árabes. Su padre sintió que se lo debía, y ahí comenzó su nueva pasión, se dedicó a criarlos. Y de la nada logró cabalgar hasta lo más alto, ganando numerosos premios. Carmela, así la llamaban. La mujer de la sonrisa y la sensibilidad permanente. Maestra y madre de 4 hijos y 6 nietos. A los 58 le diagnosticaron alzhéimer. Sus últimos 3 años estuvo en una residencia y cada día, Manolo, su marido, su gran amor, iba a verla. Porque ellos dos fueron uno. Y cada una de estas historias es inolvidable.