Cinco jornadas después del comienzo liguero, el Villarreal perdió su cartel de invicto en el Benito Villamarín tras caer por la mínima ante el Betis (1-0) gracias a un gol de Rodri en la segunda mitad. El cuadro dirigido por Unai Emery llegó a tierras andaluzas en medio de una buena tesitura: sin haber perdido ningun encuentro en LaLiga y sin saber cuáles son las sensaciones que se sienten después de encajar un gol. Sin embargo, el Betis le dio al Submarino Amarillo un toque de atención y le demostró que, si su objetivo es el de dar el salto a las posiciones de Champions League, deberán echar más horas en la ciudad deportiva de Miralcamp.

El inicio del encuentro fue acorde al gran cartel que atesoró la cita. Dos equipos que son candidatos serios para acceder a una de las cuatro plazas de privilegio y que aterrizaron en el verde del Benito Villamarín con ganas de meterle electricidad al partido. De hecho, el cuadro de Manuel Pellegrini le buscó las cosquillas a Gerónimo Rulli desde el minuto cinco, después de que Luiz Henrique cazase un centro procedente de la esquina de Sergio Canales que obligó al guardameta argentino a estirarse para evitar el primer tanto bético. Al Submarino Amarillo le costó respirar dentro del rectángulo de juego. La presión verdiblanca fue difícil de superar, hasta el punto de que la portería visitante fue testigo de más oportunidades peligrosas, aunque, por fortuna, no tocaron el fondo de las mallas. La más intimidante, sin ir más lejos, cinco minutos más tarde. Sabaly robó y Sergio Canales disparó, pero apuntando unos centímetros más arriba del larguero.

Ante el dominio del Betis, el Villarreal no solo se adaptó, sino que se reinventó. No tuvo el dominio del esférico, pero sí que aceleró los tiempos del fútbol a través de sus transiciones. Replegó mejor en defensa y exprimió más los espacios de los que dispuso al contragolpe. En el ecuador del primer tiempo, Jackson, vertical por instinto y descaro, avanzó, se encaró con la línea defensiva rival y le dio el cuero a Lo Celso para quedarse solo ante el portero, pero Rui Silva salvó la papeleta con una gran parada. El meta intervino poco, aunque también se vio respaldado por sus compañeros. Sobre todo gracias a Luiz Felipe, que ante un fallido despeje de Pezzella, segó el balón dominado por Jackson, que se las prometió felices al batirse en duelo nuevamente, y con ánimo de revancha, ante Rui Silva.

No obstante, la segunda parte arrancó con un guion similar, pero con la mala noticia de que Gerard Moreno no remaría junto al resto de sus compañeros en la búsqueda de los tres puntos. El ‘7’, a los seis minutos de la vuelta de vestuarios, notó una sobrecarga que le obligó a abandonar el terreno de juego. Un revés que supuso la antesala del único gol del partido. Avisó primero Borja Iglesias con un disparo que se fue lamiendo el palo, pero, en el minuto 60, Rodri fue capaz de batir a un Rulli que no encajó ningún gol hasta ese instante. Luiz Henrique, con un centro dibujado con precisión y con mimo, asistió a un ‘28’ que solo tuvo que empujarla al fondo de la red.

A partir de la diana del Betis, el Villarreal mostró voluntad en, como mínimo, conseguir un punto, pero los verdiblancos tomaron el control. Coquelin, con un tiro desde fuera que se fue por el lateral, quiso mandar un mensaje de ir a por el empate, pero . Ni la entrada de Morales, con seis goles ante el conjunto verdiblanco durante tu periplo en el Levante, sirvió para trasladar peligrosidad, mientras los locales se encargaron de dormir el partido achicando agua atrás. Cinco jornadas después del inicio liguero, el Villarreal sufrió el primer tropiezo de la temporada, con ánimo de que sirva para aprender y volver a coger impulso.