Seydou Llopis, la joya amarilla que brilla en Europa
El joven extremo del Villarreal, natural de Guinea-Conakry y criado en adopción en Ontinyent, ha explotado en el Juvenil de Youth League con talento, esfuerzo y una dura historia personal detrás

Seydou, con el Villarreal CF / IG

Seydou Llopis se escribe con mayúsculas en la cantera del Villarreal CF. El joven extremo de Guinea-Conakry se ha convertido en una de las joyas de la escuela 'grogueta'. El africano (generación 2007) ha explotado a los ojos de toda Europa en el Juvenil A de Youth League que dirige Pepe Reina y se ha erigido por méritos propios en una de las grandes esperanzas de futuro del club amarillo. La confianza en su potencial y su proyección deportiva es máxima por parte de todos los estamentos del club. La prueba es que el jugador tiene contrato hasta el 30 de junio de 2027 y la dirección deportiva ya ha entablado las primeras conversaciones con sus agentes para su renovación. Es un valor seguro.
Seydou cotiza al alza y encaja a la perfección en el perfil de futbolista que gusta a Marcelino García Toral. El técnico del primer equipo, de hecho, ya lo ha incorporado puntualmente a sus entrenamientos esta temporada 25/26. El joven groguet es un extremo con unas condiciones físicas y técnicas sobresalientes. Atesora potencia, velocidad y mucho talento. Su capacidad eléctrica de desborde y su endiablado uno contra uno lo convierten en un jugador diferencial. Aunque lo mejor es su margen de mejora porque, aunque parezca increíble, esta solo es su tercera temporada compitiendo en la élite del fútbol base. La escuela amarilla está invirtiendo tiempo y trabajo en Seydou para mejorar su posicionamiento táctico y su rendimiento en fase defensiva en busca de un futbolista diez.
Ganas por ser todavía mejor no le faltan. Seydou tiene una impresionante historia personal detrás que le ha ayudado a ser el chico maduro y el futbolista prometedor que es ahora. El jugador salió de su páis y recaló en la localidad valenciana de Ontinyent. Llegó a su nueva 'casa' acompañado de un familiar, aunque su suerte cambió en un parque infantil mientras jugaba con otros niños. Allí conoció a la familia que acabó acogiéndole en adopción. Desde aquel día los considera sus padres. Seydou tiene claro que sin el sacrificio y la generosidad de ellos habría sido imposible llegar tan lejos. Nada más acabar las clases, salía 'corriendo' con su 'padre' para llegar a los entrenamientos, volvía tarde a casa y dormía poco, pero juntos sacaron todo adelante. Cada día que pasa les agradece el amor que le entregaron y el esfuerzo que le dedicaron para cumplir su sueño de ser futbolista.
Captado del Ontinyent
Seydou comenzó jugando en las categorías inferiores del Ontinyent y fue allí donde llamó la atención del departamento de captación del Villarreal. No era uno más. El extremo estaba en categoría infantil y entraba con los senior. Iba muy por delante de los niños de su edad. El club 'groguet' incorporó al jugador a su academia fruto del acuerdo de colaboración con el Ontinyent. Al principio entrenaba tres días por semana hasta que consiguió la nacionalidad y la ficha federativa que le permitió dar el salto a la competición. Desde entones no ha dejado de crecer. Este año ha explotado en el Juvenil A de la mano de Reina y Marcelino le ha echado el ojo. Seydou tiene la receta para seguir superando obstáculos y llegar a primera división: Humildad, sacrificio y trabajo.
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