Víctor Claver regresó a Valencia otro verano más con una medalla en la maletaVíctor Claver. Y ya van seis. El alero valenciano estaba eufórico a su llegada al aeropuerto de Manises después de ser decisivo en el bronce que consiguió la selección española ante Australia sobre la bocina. Y es que un manotazo suyo en la última posesión despejó el camino hacia el tercer podio consecutivo. «Lo he visto repetido varias veces. En el momento yo vi el balón enfrente mía y la tiré lejos porque sabía que no podrían lanzar. Luego viéndolo, es Ricky quien roba el balón y yo lo despejo. Salió bien lo que habíamos hablado en el tiempo muerto, íbamos a cambiar en todo para que no tuviesen opciones de dar un buen pase. Funcionó, tuvimos esa suerte que también hace falta para ganar y yo, contento de poder ayudar», explicó.

Una rutina triunfal ya habitual para él en verano que cambiará de golpe la semana que viene, cuando se incorpore a la disciplina de un Barça Lassa que pagó más de dos millones de euros al Valencia Basket por hacerse con sus servicios. Una presión de la que es consciente, pero de la que se alegra tras cuatro años lejos de nuestro país. «Tengo unos días para desconectar, pero tengo ganas del nuevo reto que tengo delante. Es un reto ambicioso el ir a un club como el Barça, que aspira a ganarlo todo, e intentaré hacerlo lo mejor posible», prosiguió.

Además, reconoce que si hay algo que le libera de cualquier tipo de presión es la presencia a su lado del técnico que le hizo brillar en su última temporada en Krasnodar, el griego Georgios Bartzokas. «Ha sido uno de los factores que han hecho que pueda ir allí. Estoy feliz de poder tener esa misma oportunidad que he tenido en Lokomotiv, pero ahora en España. Quiero seguir mejorando, él me ha ayudado, me dio confianza desde el principio y eso ha sido muy importante para mí», añadió el jugador valenciano formado en Maristas.

En el pasado ya está un verano que empezó con el culebrón de su futuro y acabó en Río de Janeiro, donde ha disfrutado de una experiencia inolvidable. «La verdad es que estamos muy contentos de poder conseguir una medalla más. Parece que es lo habitual pero este año se ha visto que cuesta mucho conseguirla. Está claro que jugar una final siempre es bonito y poder pelearla contra Estados Unidos, como se hizo en Londres y Pekín, también. Es diferente, pero teníamos en la cabeza que había que ganarles para conseguir el oro. Y si no se podía, sumar una medalla. Tuvimos la oportunidad en semifinales, no pudo ser y al menos hemos acabado contentos ganando el último día», apuntilló.

Futuro de la selección

Muchos esperaban que esta cita fuera el canto del cisne de una generación dorada, pero los pesos pesados de la selección ya han dicho que todavía no tienen claro lo que harán el próximo verano. «Pau y Navarro están mayores, pero siguen siendo los mejores y el resto estamos encantados de compartir estos campeonatos con ellos porque son jugadores irrepetibles. Ojalá puedan seguir y el equipo se mantenga arriba», añadió.

«Al final pasamos muchas horas juntos y siempre tenemos la misma química. Se nota que es un grupo humano excelente y eso luego en la pista se ve reflejado. Somos casi como una familia, pasamos mucho tiempo juntos y a la hora de trabajar sale bien», señaló. Algo que se vio reflejado en el detalle que tuvieron los jugadores con la camiseta de Fernando San Emeterio en la ceremonia del podioFernando San Emeterio. «Nos hemos mandado mensajes durante el campeonato. Está claro que Fer forma parte del equipo y del grupo. A los Juegos solo pueden ir doce pero hay gente muy importante que está dentro y también aporta para conseguir nuestros objetivos», concluyó. Claver pasará ahora unos días en Valencia para desconectar antes de incorporarse al Barça.