No se puede hacer mejor: pole, vuelta rápida en carrera, victoria y doblete. El equipo Red Bull Racing machacó literalmente a sus rivales y le metió más de 40 segundos al tercer clasificado, el todopoderoso BrawnGP. La afición inglesa llenó las gradas del viejo circuito de Silverstone con la ilusión de ver a su idolatrado Button en el podio. Pero, fue otro compatriota, Adrian Newey, el que ocupó ese lugar de honor, ya que el fantástico rendimiento aerodinámico del RB5 es obra de este ingeniero inglés... Él es el que hace que los Red Bull tengan alas. La ventaja lograda hasta el momento por BrawnGP no es insalvable en el campeonato de constructores y, especialmente, en el de pilotos. Pero, ¿realmente queremos ahora un dominio arrollador por parte de los Red Bull? Cambiar el rodillo de Brawn por el de Red Bull acabaría igualando el campeonato, pero seguiría dando carreras sin lucha por la victoria. La de Silverstone estuvo llena de batallas, pero ninguna de ellas fue por la primera posición.La pérdida de la hegemonía de Button sólo se puede explicar por las condiciones meteorológicas: la baja temperatura hizo que los neumáticos de los Brawn no se agarraran al asfalto lo suficiente para poder batallar con los monoplazas de Vettel y Webber. Al piloto inglés le hubiese gustado que hiciera más calor, y no sólo porque para los británicos el GP de Gran Bretaña señala la llegada del verano. Vettel, esta vez sin la lluvia como aliada, ha derrotado a los líderes: los BrawnGP están tocados.

Hundido

Sólo la fuerte personalidad de Alonso evita que se sienta hundido por haber quedado el último de los pilotos con motor Renault. Recuerden que los Red Bull equipan el mismo motor que el asturiano. Ya en la parrilla comunicó a los ingenieros sus temores de que él era de los pocos pilotos que comenzaba la carrera con gomas duras. Y, efectivamente, tras la salida se hundió hasta la decimotercera plaza. Una vez más, su cruz fue Heidfeld. El de BMW rodaba con el alerón delantero tocado, pero, ni así se le podía adelantar. El tapón del piloto alemán sirvió, al menos, para revivir las batallas entre Alonso y Hamilton, que mantuvieron la tensión... por una triste decimosexta plaza. También hundido estará Webber, otra vez, derrotado por Vettel. Mark perdió la carrera el sábado, cuando Raikkonen le arruinó la vuelta que le podía dar la pole. Y el que no tardará en hundirse es Mosley. En la guerra entre la FIA y la FOTA, es ésta última la que cuenta con el apoyo de la afición, las televisiones —clave de este negocio—, los organizadores de grandes premios, que quieren renegociar sus contratos si en 2010 no corren los grandes, y los nuevos equipos. Pero, ¿qué piensa hacer Ecclestone? ¿Convencerá a Mosley para que acepte las condiciones de la FOTA o le pegará un elegante empujón para sacarlo de la presidencia? ¿Renunciará a parte de los 700 millones de ingresos anuales o se arriesgará a perderlo todo?.