Sochi no era, ni de lejos, el mejor escenario para que los McLaren Honda firmaran un buen resultado. Las largas rectas de la pista rusa eran el escenario ideal para ver «sufrir» a los monoplazas de Woking por su falta de potencia. Además, el elevado consumo de los propulsores japoneses obligaba a sus pilotos a no apretar a fondo para poder completar la distancia total del gran premio.

Ya el sábado las cosas se empezaban a torcer. La esperanza de entrar en la Q3 se desvanecía a medida que la sesión se acercaba: «Todo el mundo va subiendo un poco la potencia gradualmente cuando llegan las cosas importantes», decía Fernando tras clasificar en decimocuarta posición.

Afortunadamente, en la carrera el asturiano podía sortear la melé de la salida, se beneficiaba del coche de seguridad para ahorrar combustible y nos faltaban dedos en la mano para contar las posiciones que rápidamente ganaba.

Han pasado nueve meses desde que el bicampeón español lograra sus últimos puntos y su sexta plaza, junto a la décima de Button, aumenta las buenas espectativas de la llegada de circuitos más bondadosos con el McLaren y la promesa de nuevas evoluciones del motor Honda. Todo llega, eso sí, cuando se acaban de conocer los cambios para la normativa de 2017 así como el nuevo concepto que Honda implementará en sus unidades de potencia el próximo año. El McLaren-Honda comienza a dar sus frutos cuando el punto de mira apunta ya al año próximo.

Las flexibles varas de medir

Por más que se repase el vídeo del incidente entre el ToroRosso de Carlos Sainz y el Renault de Jolyon Palmer resulta muy difícil entender por qué sancionaron los comisarios al español. Fue Palmer el que se echó encima del madrileño y el que tuvo que salir de pista para evitar un posible accidente que él y solo él había «cocinado». Son los mismos comisarios que no vieron nada en la excursión por fuera de la pista de Hamilton y que puso al piloto británico de forma instantánea en la cuarta plaza: cosas de los que administran justicia que no siempre entendemos.

Más artículos de opinión de Ángel Castaños, aquí.