Pau Gasol agrandó un poco más su leyenda en la última cita de España en la primera fase del Eurobasket. Un triple del de Sant Boi ante Hungría, en el segundo cuarto del partido, significó su punto 1.105 como jugador de la selección española en un Europeo. Una canasta que batió el récord anotador continental de otro crack, de otra megaestrella del baloncesto, Tony Parker, amigo personal del propio Pau, compañero suyo en San Antonio Spurs y que desde ahora será el segundo máximo anotador de la historia continental, por detrás del mayor de los Gasol.

El 4 de España es un jugador irrepetible. Un líder dentro y fuera de la cancha. El alma mater de un equipo nacional que lleva ya más de una década en la elite absoluta de este deporte gracias, entre otros, a él y a su compromiso ineludible e indiscutible cada verano con la «Roja» del baloncesto. Su talento, su calidad humana, su extremada educación y su amor a la selección de su país es un ejemplo y un honor para toda la afición española.

Y ¡ojo!, porque el récord de anotación no es el único hito que puede aniquilar Pau en este Eurobasket. El catalán es el único, junto a Kresimir Cosic, que ha sido dos veces MVP de un Campeonato de Europa. Un nuevo galardón en esta cita que vivirá desde el sábado su fase final en Estambul, le haría líder en solitario de esta valiosa clasificación de reconocimientos personales. Por si esto fuera poco, el catalán podría también igualar al mítico Nikos Gallis, el único jugador hasta la fecha que ha sido cuatro veces máximo anotador de un Eurobasket. En este momento, Pau Gasol tiene tres galardones, como Nowitzki y Radivoj Korac.

Por cierto, tras el triple de Pau, la FIBA no detuvo el partido y en el videomarcador no se homenajeó como él se merece a un jugador irrepetible para España y para el baloncesto de Europa. Error mayúsculo de la Federación Internacional, uno más de los muchos que han llevado al basket del Viejo Continente a la espiral actual de división entre unos y otros. Pero esa es otra historia. Una batalla perdida.

Lo dicho: Mil ciento cinco veces gracias, PAU GASOL