Chile fue la última selección que se incorporó al cartel del COTIF y desde ese momento fue señalada como gran candidata al título, ¿se ven ustedes favoritos?

—Desde un tiempo a esta parte Chile ha tenido una progresión muy importante en la selección absoluta, que comenzó con la llegada de Marcelo Bielsa y se culminó el pasado mes de julio con la consecución de la Copa América. Por tanto todas las expectativas creadas en torno a nosotros son normales.

—El hecho de sentirse favoritos, ¿puede perjudicar al equipo?

—Nosotros en realidad en ningún momento vamos a tener la presión de ser favoritos. Sabemos que hay equipos muy importantes que participan en el torneo y tenemos que trabajar desde la humildad para poder llegar hasta el final. Seguramente la victoria de la selección absoluta ha creado un aumento de las expectativas sobre Chile. Eso es muy importante porque ahora los chicos saben que muchos jugadores que vienen a jugar en Europa lo hacen a equipos de primer nivel. Por lo tanto, las expectativas son muy altas.

—El nivel que ha demostrado la selección absoluta, ¿se puede extrapolar a las categorías inferiores?, ¿pueden ganar cualquier torneo internacional?

—Sí, por supuesto. La gran mayoría de los jóvenes que hoy están en la selección absoluta han pasado por las inferiores. Medel, Vidal, Alexis…son el mejor ejemplo del trabajo que se realiza desde abajo. Sin duda que podemos ganar el COTIF. La gran mayoría de nuestros jugadores forman parte de las primeras plantillas de sus clubes y necesitan competir en torneos de la exigencia de éste para adquirir la experiencia y competitividad necesaria para dar el salto a la absoluta.

—En la Federación de Chile ¿se ha establecido un plan de trabajo para potenciar el fútbol base?

—Sí, desde hace tiempo. Dentro de cuatro años debemos encontrar nuevos talentos que reemplacen a la generación ‘dorada’ que acaba de ganar la Copa América. Su última gran cita será el Mundial de Rusia, por lo que necesitamos que surjan nuevos jugadores que sustituyan a los actuales. Sin duda que se trabaja al largo plazo.

—¿Qué va a poder ver en Chile el espectador del COTIF?

—Un juego muy parecido al que observamos con la selección absoluta, un equipo muy agresivo, un conjunto que presiona en todos los sectores del campo. Son jugadores que tienen mucha hambre porque quieren demostrar que están preparados para llegar a la selección absoluta. De hecho, la gran mayoría entrenaron como sparring con la absoluta en la preparación de la Copa América, por lo que vivieron en su piel el nivel que deben alcanzar.

—Entrevistamos al entrenador del Santos y observa el Cotif como un escaparate para que sus jugadores se den a conocer en Europa, ¿los jugadores chilenos también piensan lo mismo?

—No, en absoluto. Nosotros usamos este torneo para comprobar en qué nivel nos encontramos a escala internacional. También nos sirve como preparación para el sudamericano y por eso es muy importante que compitamos contra un club como el Santos, donde muchos de sus jugadores compondrán el combinado brasileño. Simplemente buscamos eso, adquirir experiencia y competitividad en un torneo de este prestigio y nivel internacional, todo lo que venga posteriormente a modo individual, bienvenido sea.

—Usted participó hace 17 años como jugador en este torneo. Con esa perspectiva del tiempo, ¿cómo ha percibido el cambio?

—Ha sido un cambio absoluto. Desconocí el lugar porque vine en el año 1998 y recuerdo que solamente estaba el terreno de juego y un lugar para calentar. Está todo muy cambiado y es beneficioso para el torneo que se ha convertido en una competición muy prestigiosa a nivel internacional. Estoy muy contento que crezca año tras año y sea considerado como uno de los campeonatos de referencia sub-20 del mundo.

—¿Qué le aportó en su momento disputar el torneo y qué puede aportar a sus jugadores?

—Yo tuve la fortuna de salir campeón y jugar contra equipos de la talla del Real Madrid, Barcelona y en la final contra Rusia. Seguramente después para mi carrera como futbolista fue un trampolín porque fui observado por los distintos ojeadores. Pero sin duda, lo más importante por aquel entonces fue que el grupo logró un objetivo y eso elevó el nivel de cada jugador. Esto mismo espero que ocurra a mis pupilos, un alto nivel colectivo para poder destacar individualmente.