Egipto, tierra de Faraones y sus maldiciones, se enfrentará el domingo a la peor de ellas. La que persigue a Héctor Cúper, su actual seleccionador, desde que hace más de dos décadas colgase las botas y se sentase por primera vez en un banquillo: nunca, como entrenador, ha ganado una final a partido único. Siete veces lo ha intentado, y otras tantas ha sucumbido agónicamente. Aún lloran en Mallorca aquella última Recopa perdida frente al Lazio en el 99 (a la que llegaban a su vez como subcampeones de Copa del Rey); y más todavía se recuerdan en el Valencia, con dolor, las dos Champions que se escaparon de las manos en 2000 y 2001, con el 'Mago' al frente del equipo. Huracán, Inter y Aris también se vieron arrastrados por el gafe. Quienes han estado a sus órdenes, como el exlevantinista Lauren, ahora comentarista de la Copa África, reconocen que es un especialista en las eliminatorias pero «le cuesta plantear este tipo de partidos» a cara o cruz. Que lo suyo es más reacción que acción; dispone sus piezas para el contragolpe, dejando que el rival domine. Así lo hizo en las semifinales del citado torneo continental ante Burkina Faso, y casi le cuesta un disgusto. Con cuatro titulares de baja, los Faraones salieron finalmente adelante el pasado miércoles en la tanda de penaltis. Y con un gol en el minuto 88 en cuartos, frente a Marruecos. Mucho más holgados habían superado la fase de grupos, con Ghana, Mali y Uganda como rivales. También encabezan la fase de clasificación para Rusia 2018, con el propósito de volver a disputar el Mundial 28 años después. Aunque ahora, lo único que les preocupa, y sobre todo a su técnico, es proclamarse campeones de África. A diferencia del 'Mago', apodo con el que se conoce al argentino, Egipto se ha mostrado extremadamente fiable históricamente en las finales. Encabeza el palmarés de la competición, que tiene a Gabón como anfitriona en esta edición, con siete títulos; le persiguen Ghana y Camerún, con cuatro entorchados. Solo con la denominación de República Árabe Unida, en 1962, perdió el trofeo en el último partido frente a Etiopía. En unos días se cumplirán dos años del nombramiento como seleccionador egipcio de Cúper, cuya propuesta futbolística conservador no ha acabado de enamorar en todo ese tiempo ni a sus jugadores. Eso no impide que en las calles del país se esté festejando cada conquista en la Copa África con alboroto. Después de encadenar tres títulos seguidos en 2006, 2008 y 2010, los Faraones llevaban otras tres ediciones consecutivas sin siquiera clasificarse para la fase final. Como jugador, Héctor Cúper ganó dos ligas argentinas con Ferrocarril Oeste a principios de los años 80. Su alergía a las finales tampoco le han impedido engordar su palmarés como entrenador: una Copa Conmebol en 1996 (Lanús) y dos Supercopas de España, en 1998 y 99, con Mallorca y Valencia. Todos estos títulos, claro está, conquistados a doble partido. Con aquellos éxitos y su posterior paso por el Inter, el argentino tocó techo. Después de sucumbir a los millones neriazzurri y cambiar Mestalla por el Meazza en 2001, el subcampeonato de la Serie A de 2003 ha sido su mayor logro. Poco después sería destituido y comenzaría su cuesta abajo, que a los 62 años ha revertido con Egipto. Hasta ponerse al frente de los Faraones, el técnico argentino había regresado con más pena que gloria a LaLiga Santander con Mallorca, Betis y Racing. También había pasado por Parma, Georgia, Aris de Salónica, Orduspor o Al Wasl; proyectos en todo caso fallidos y casi siempre exóticos.El Hedary, héroe a los 45 años

El veteranísimo meta de Egipto fue el protagonista de la semifinal. Essam El Hedary llegó muy discutido a esta fase final, y como suplente de El Shenawy, pero con el paso de los partidos se ha convertido en talismán. A los 25 minutos de competición entró por la lesión de su compañero y encadenó 433 minutos imbatido. Burkina Faso truncó esta racha en el partido del miércoles; El Hedary se vengaría parando dos penaltois en la tanda definitiva.