El Valencia desapareció en el minuto ocho de un partido que mereció haber perdido si no fuera porque siempre nos quedará Jaume, el portero de Almenara cuyo nombre su entrenador todavía no sabe o no quiere pronunciar más o menos correctamente. Nuno, qué iba a hacer si no, admitió al final haber cometido errores de todo tipo, errores que comenzaron bien temprano, a partir de ese gol de Paco Alcácer, y que por lo visto no hubo manera de corregir en toda la noche, ni durante la primera parte, ni en el tiempo de descanso ni mucho menos en la segunda, en la que la UD Las Palmas de Quique Setién llegó a ridiculizar al Valencia a base de fútbol. Uno de los equipos más modestos de la Liga, otro de los candidatos al descenso, se encargaba de reducir a cenizas la imagen de Vigo, un partido y una reacción que pudo ser el punto de inflexión pero parece quedarse en mera anécdota. Si el partido fue malo, lo de los minutos finales fue dramático, un equipo resignado y entregado que pedía a gritos el segundo de los canarios. Jaume contra todos.

Análisis

Dice el entrenador que hay mucho que trabajar y analizar, aunque sus explicaciones quedan tan huecas como las que ofrece de su reciente cita con Peter Lim en Singapur, en los que habla de un profundo análisis en el que, sin embargo, no se trató sobre ningún nombre en concreto, ni de Negredo ni de salidas ni de llegadas ni siquiera de él mismo y el poco cariño que le tienen los aficionados del Valencia en general€ Vamos, de todo lo importante que está afectando a la marcha del equipo. Evidentemente eso no hay quien se lo crea, lo mismo que Mestalla no cree ya en el fútbol que está haciendo su equipo con la única y sorprendente excepción de Vigo. ¿No hubo esta vez diálogo? ¿No le escucharon? Siempre quedará algún iluminado para el que lo coherente es que Nuno y sus jugadores no tienen nada que ver si el millonario Valencia no le gana a Las Palmas en Mestalla, pero a esos tampoco se lo cree ya nadie.

Mudo

Al cierre de esta edición la nueva cuenta de Twitter del entrenador sigue muda, pero Mestalla sigue cantando. Y la afición del canta lo que cree que es justo y mejor para el Valencia CF. Lo seguirá haciendo mientras el equipo ofrezca esta imagen, mientras siga buscando atajos para acercarse a la gente en lugar de sacar el mejor rendimiento a la plantilla que tiene, mientras siga sin reconocer los errores que cometió el pasado verano y que tan caros le van a costar al club. Y mientras cualquier otro equipo de mitad tabla hacia abajo, especialmente si viene en lugar de descenso, sea capaz de pintarle la cara delante de su afición. El martes hay partido en Rusia, donde va a necesitar al Valencia de Vigo, si no gana no estará todo perdido pero se le va a complicar mucho lo de estar en los octavos de la Liga de Campeones. Lo bueno es que allí, en la fría San Petersburgo, seguramente no tendrá quien le cante.

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