Dice García Pitarch, el nuevo Director Deportivo del Valencia CF, que regenerar una plantilla puede llevar unos tres años. Todo lo contrario que cargársela aunque eso no es novedad, siempre se ha dicho que es más fácil destruir fútbol que crearlo. Más vale que con lo de los tres años no se refiera a esta plantilla, si es así apañados vamos, aunque dentro de todo el mal rollo que desprende un equipo que no es capaz de ganar ni jugar mejor en su estadio que el penúltimo de la Liga, por no hablar de un club que en pleno mes de enero empieza a montar su secretaría técnica, algo tiene que quedar a lo que agarrarse para forzar una reacción más o menos inmediata. Lo tiene que haber y lo hay. La regeneración no empieza ahora, lo hizo ya hace dos años y además muy bien. Se armó un equipo joven y competitivo, un proyecto ilusionante. Lo que ha habido desde el último verano hay que entenderlo como un giro lamentable en los acontecimientos, un error fundamental al que siguieron otros muchos errores que han provocado este paso atrás. No es muy difícil de explicar, además hay una frase que lo define perfectamente: "Rodrigo Caio, contigo empezó todo". Y ahora va y se pone de moda lo nostálgico.

El primero en meterle mano al problema fue Neville, no parecía difícil mejorar lo anterior aunque el efecto se diluye. Tiene un equipo que no ataca bien ni defiende bien, no gana un partido y empieza a agotar la paciencia de la gente. Ahora es cosa de dos y se lo han de montar como sea porque no tienen tres años para hacer que este equipo mejore en rendimiento e imagen. Si no hay una reacción el Valencia se va hacia abajo en la clasificación y eso puede llegar a ser muy peligroso para un equipo joven. Hasta hace unos días no se conocían, ahora tienen dos semanas para buscar en el mercado algo que no será fácil encontrar y, además, ponerse de acuerdo. Amunt?

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