García es responsable directo de que a muchos de los que pasábamos sueño escuchando sus programas nos venciera la vocación por el periodismo deportivo. En definitiva no dejaba de ser un periodista que hablaba desde Madrid y, en un mundo muchísimo menos global, todo lo que ocurría más allá de la Castellana esquina con Concha Espina también tenía una importancia relativa, residual, aunque poco que ver con la Central Lechera que tenemos ahora. Pero enganchaba a la gente con aquello de los ´chupócteros´ y ´correveydiles´. Nadie hablaba tan claro y eso, viniendo de donde veníamos, le convirtió como se dice vulgarmente en el puto amo. En eso los años no le han cambiado, como hemos comprobado en esta entrevista en que atiza como es habitual a Florentino y también a los magnates que se acercan al fútbol como un medio para alcanzar otros objetivos, no como un fin. Asegura que no conoce a Peter Lim aunque de alguna manera lo mete en ese mismo saco. Puede que acierte, de momento en este año y medio del nuevo propietario pesan más los errores en el concepto que otros intereses más o menos oscuros.

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