El día que Lim fichó a Pako Ayestaran con contrato hasta el 30 de mayo, el entrenador le dijo que de cara a la próxima temporada le iba a poner difícil la decisión. Al final, vamos a ver qué pesa más, si las tres victorias que dieron la tranquilidad de no verse en la pelea por la permanencia o los libros de cuentas que le ha llevado la presidenta, porque transmite cierta sensación el club de que la apuesta por Pako estaría directamente relacionada con que no hay para más, para Pellegrini por poner un ejemplo, cosa que de entrada no sería un buen comienzo. Para bien o para mal, quien tiene la última palabra es el máximo accionista, por cierto bastante mejor asesorado esta vez que cuando se sacó de la chistera a Neville. Aunque cuentan desde Singapur que tanto García Pitarch como Layhoon trabajan estos días para dorarle al magnate la píldora de Pako, que evidentemente no es Gary pero no deja de tener una vez más y que nadie se moleste un porcentaje alto de experimento. El aficionado no será tan fácil de convencer, al menos con palabras.

Decida lo que decida el señor Lim con el entrenador, lo que sí parece tener bendición es la tarea de recomponer la defensa empezando por Raúl Albiol, con el que el Valencia anda ya metido en faena. No es el regreso de Otamendi pero mejora en competitividad lo que hay ahora mismo. Él tiene mucho que decir para que se haga.

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