Marcelino y Mateu cerraron el pasado 1 de septiembre una plantilla corta cruzando los dedos para que no pasara lo que lamentablemente está ocurriendo, o sea, que demasiados jugadores importantes se lesionaran a la vez. Lo que habían logrado no era fácil, porque después de una auténtica revolución formaron un equipo que con todos sus efectivos puede pelear por la Champions e incluso más, así lo ha demostrado con un segundo puesto durante muchas jornadas. Cuando le faltan dos o tres jugadores clave, en cambio, la cosa se tuerce y mucho. Sin ir más lejos, los números revelan que el Valencia ha perdido demasiados puntos desde que Marcelino tiene lesionados sobre todo a dos de sus centrales, Murillo y Garay. No es casualidad. No sé si urgencia, porque a la vuelta de vacaciones recupera jugadores, pero necesidad de fichar no hay duda que la hay. Y lo saben. Este bajón es preocupante, pero queda mucho por jugar. El problema llegará si en el momento crítico de la temporada ocurre algo así y no se han tomado las medidas posibles y oportunas en el mercado de invierno. Eso no va a pasar.

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