Chema, defensor granota, estaba cerca de Róber Pier en el momento de la expulsión y si bien admitió que quizás la acción era evitable por parte de su compañero, no dudó a la hora de mostrar su disconformidad con la actitud y la actuación del colegiado López Amaya: «Sí, para mi gusto sí, desplaza un poquito el balón... pero para mí el árbitro no ha estado a la altura de un partido de la categoría, muy prepotente y con faltas de respeto a los jugadores». El zaguero había entrado al campo justo antes de la expulsión de su compañero y destacó el valor del punto: «Tras la expulsión nos tocaba remar y nos llevamos un punto que nos sabe a gloria. En parte hemos tenido esa pizca de suerte y gracias a Raúl, que creo que ha hecho un partido increíble; lo que estamos haciendo nosotros no es lo real de la categoría y tiene más mérito si cabe».

El técnico Juan Ramón López Muñiz, por su parte, dio por bueno el punto cosechado en Palma y también dejó claro que acciones como la que dejó al equipo en inferioridad numérica -Róber Pier desplaza mínimamente el balón- son evitables, más allá de si fue justa o no: «La expulsión lo cambia todo. Le intentábamos dar un poco más de empaque al medio campo y en treinta segundos han cambiado las circunstancias. Hemos tenido que buscar una contra o un balón parado. Pese a todo la tuvimos incluso en un balón en el punto de penalti, pero hay que reconocer que el Mallorca ha trabajado bien en la segunda parte. La acción de Róber, se ha dado cuenta él en el momento de que se ha equivocado. Incluso lo habíamos hablado. Son situaciones que se pueden evitar y nosotros no debemos llegar a esa situación, pero el balón lo desplaza dos metros... no le pega un patadón».

Fiel a su discurso

Por lo demás, Muñiz se mostró fiel a su discurso habitual de no pensar a largo plazo sino partido a partido, aunque admitió que el colchón de puntos permite no mirar hacia atrás: «Creo que al final nos hemos merecido puntuar. Hay que ir sin ansiedad y asimilar resultados. La categoría no te permite relajarte porque ya vemos los equipos que están abajo. Hay que trabajar con humildad, con ganas y no pensar mas allá del partido ante el Mirandés. Tenemos la ventaja conseguida para no mirar atrás, pero sabemos que es mucho lo que queda. Tranquilidad.

Por último, donde más sufrió el equipo fue a balón parado y Muñiz lo explicó: «Íbamos a sufrir y durante la semana se trabajó porque tienen cuatro jugadores que pasan del metro noventa. Dentro de eso lo hemos tenido controlado».