Es momento de disfrutar y culminar lo que va a ser un merecido y contundente ascenso a Primera División. Y en estas fechas, los que tuvimos la suerte y el honor de vivirlo en 2010, es inevitable no recordar lo especial que fue. No veníamos de años fáciles para el Levante UD, pero desde la unión entre todos los estamentos del club comenzó a gestarse lo que fue el ascenso del Centenario.

Reprimenda de Quico

Nadie creía en ello a principio de temporada, ni tras la derrota en Albacete con la posterior reprimenda en el vestuario del ´presi´ Quico, ni en aquella fría tarde de un Levante-Real Unión de Irún ante apenas 3.000 fieles granotas. Pero lo que tenía claro es que teníamos motivos para creer en el ascenso. Y el principal argumento es que no solamente existía un buen equipo sino, lo más importante todavía, un gran vestuario. Y aquel era único.El 3-5 en Cartagena

Daba gusto ir a entrenar cada día con aquella familia. Sabías que ibas a reír y disfrutar, pero sin escatimar el trabajo. Una mezcla perfecta para un ascenso en el que fuimos creyendo conforme iban pasando las jornadas, con victorias tan importantes como la de Huelva o la tan famosa de Cartagena, entre otras. Aquel vestuario nunca lo olvidaré, ni las miles de anécdotas vividas con aquella ´banda´.

Disfrutar recordando

Pero es momento de vivir el presente recordando los valores añadidos al club en años anteriores, en los que se ha competido con los mejores en el campeonato doméstico y en el que incluso se ha paseado el nombre del Levante UD por el Viejo Continente. Y sí, se descendió, pero la actual plantilla y su cuerpo técnico nos han hecho vivir este año mucho más fácil. Ha sido una temporada para disfrutar de principio a fin, de bajar al barro y competir, de afrontar con humildad y ambición cada partido, de no conformarse con ser líder prácticamente de principio a fin. Y ese es el Levante que me gusta, el que quiere más y ser cada vez mejor, siempre sabiendo de dónde venimos.