Opinión
Kiat, vete ya
El apellido Lim seguirá empequeñeciendo el club porque mira esta industria de manera antifutbolística
Por mucha pintura que le quieran poner, la de Kiat es una moto vieja que el valencianismo hace bien en no comprar. Porque ya les aviso que desde Meriton se va a intentar vender nuevamente esta ‘delegación’ de funciones de padre a hijo como un rejuvenecimiento del interés de la familia en el club y como la llegada de una figura más presente en la gestión de la entidad. No cuela. Y menos cuando en el pasado ya apareció para prometer una implicación que nunca llegó y hasta se ‘burló’ del valencianismo con absurdas publicaciones en sus redes sociales mientras el equipo salía goleado del Bernabéu. Hace unos días recibió la visita del ‘local management’ en Singapur y la conclusión es clara: la idea es mantener el mismo modelo de gestión que ha llevado al Valencia CF a degradar el verbo ‘soñar’, antes empleado para referirse a la ambición por conquistar títulos y pasar rondas en la Champions a usarse como una especie de súplica por tener un puesto en la Conference. Se llame Peter o se llame Kiat, el apellido Lim seguirá empequeñeciendo al club porque su forma de entender en esta industria es claramente antifutbolística y contra esto no se puede hacer nada. Por suerte el valencianismo es más sabio que nunca y ya cala de primeras a los ‘vendemotos’ y sus comerciales, así que si el máximo accionista delega sus funciones también delega el «vete ya» de Mestalla.
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