Desnortado. El Valencia, todo el Valencia en su conjunto, la faceta deportiva y social, ha perdido el norte de forma clamorosa. No sabe donde está ni hacia donde se dirige. Y así las cosas, obviamente, anuncian fracaso del grande. Crece la desconfianza. La mía, en concreto, mi desconfianza, mira de forma ineludible hacia el abismo. El domingo por la noche estaba fatal. De bajón. Por momentos „permeable que es uno... todavía en su ancha ingenuidad„ pensé que igual estaba exagerando. Pero no. Ayer, a primera hora, compré el SUPER y me di cuenta de que lo que yo veo y siento es lo mismo que ven y sienten tipos que entienden tanto de esto como Robert Fernández, Gauden Villas, Julián Montoro y Carlos Bosch. ¿Conclusión? El Valencia necesita una brújula como el llover. Sin ella, sin brújula, el Valencia caminará errático con destino a ningún lugar... y eso es grave.

La gran mentira

Dicen algunos observadores, que probablemente necesiten gafas de culo de vaso para observar, ciegos que andan, que el Valencia es un equipo en fase de reconstrucción. Y siendo así, proclaman, se impone la paciencia y dejar hacer a Djukic. ¿Y? Pues que yo niego la mayor. Yo observo otra cosa muy distinta. Un equipo en construcción va colocando un ladrillo tras otro, con orden y armonía, para ir haciendo más sólida la casa. Pero no es el caso. Los ladrillos Djukic no los coloca. Los lanza por el aire, así, al azar, para ver si caen en buen sitio y disimulan su falta de conocimientos. Djukic habla mucho pero actúa poco y mal. Y el equipo se desangra. ¿Reconstrucción? Encuentro mucho más certero y digno hablar de demolición. Al menos no me engaño a mí mismo.

El señor ´Chiripa´

Piensen. Analicen. Hagan play en su hemeroteca actual, la de esta temporada. ¿El Valencia ha jugado bien „no digo de forma excelsa„ algún partido desde que comenzó el campeonato? Mi hemeroteca es contundente. Sólo uno. Y curiosamente fue contra el equipo de Valverde. Ante el Athlétic „empate„ cuajó un partido serio. Los otros, todos los demás, victorias pírricas incluidas, fueron un auténtico desastre. Cierto, sí, hemos ganado algunos partidos. Pero tienen mucho más que ver con el señor ´chiripa´ que con el amigo Miroslav. Y eso sólo es fruto de la casualidad, de la buena suerte. Nunca ganar de ´chiripa´ tiene relación alguna con el trabajo bien hecho.

Todo falla

Hacemos pocos goles y somos el tercer equipo más goleado del campeonato. Y encima, para echar más leña al fuego, no jugamos a nada. Djukic fía toda su suerte al imprevisible Banega. Y eso es un error doblemente mayúsculo. Banega no da para llevar la manija durante toda la temporada. Es más, no da últimamente para llevar ninguna manija. Y resulta tan obvio lo de Banega que para los equipos rivales resulta sencillísimo desactivar el juego del Valencia, si es que se puede llamar juego a eso que practica. ¿Solución? O encontramos pronto la brújula y recuperamos el norte o el futuro se presenta de un color negro que da pavor. Yo ahora mismo estoy en modo pánico. Asustadito.