No creo que pedir a Pako Ayestaran que su equipo deje de recibir tres o cuatro goles por partido sea obligarlo a renunciar a sus ideas ni mucho menos a traicionar sus principiosPako Ayestaran, que por otro lado tampoco están lo suficientemente contrastados para que todos creamos en ellos a ciegas. Hay que ver por tanto los progresos. Lo que se le pide es justo eso, que defienda sus ideas mejor, porque si continua sin ganar un partido no tardaremos mucho en llegar a la conclusión de que sus ideas no sirven para este Valencia.

El fútbol es hoy en día tan simple y tan complicado a la vez que sobrevivir no solo exige estar muy preparado, sino también muy abierto a todo, a todo lo que crees y a veces también a lo que no crees. No sé si es cuestión de ponerse el disfraz de Trapattoni como hizo el alegre Sampaoli con el Sevilla el día que tenía enfrente a la Juventus, entre otras cosas porque tampoco ha de ser empatar a cero el objetivo en Bilbao, pero algo tendrá que cambiar dentro de sus planteamientos para no seguir repartiendo regalos allá por donde va, que para eso ya están Papá Noel y los Reyes Magos. No es cuestión de morir con tus ideas, sobre todo si tus ideas no te están llevando a ganar y a cumplir tus objetivos, se trata de vivir con ellas, se trata de no morir. Aquí no se la juega Pako, se la juega el Valencia CF.

No queda del todo claro después de escucharle qué es exactamente lo que va a cambiar en el Valencia para que el equipo sea en este partido más sólido y equilibrado que en los anteriores, contando con todos los problemas que limitan el once que va a poner en juego. Tampoco es importante que lo diga, sino que lo veamos esta tarde sobre el terreno de juego. Y sobre todo que funcione. Al menos oir al entrenador decir que «si hemos perdido es porque lo merecíamos» ya supone un pequeño gran giro en su discurso. Lo próximo tendría que ser escuchar que «hemos ganado porque lo merecíamos».

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