Y de repente, excepto el periódico madridista de Inda, parece que nadie ha dudado de la implicación de Piqué con la selección española. Lo último que quiero es defender a Inda, -¡Dios me libre!- pero es curioso ver al nacionalmadridismo rasgarse ahora las vestiduras. Sinceramente, la selección no me motiva en exceso, si gana fantástico y si pierde ceno tranquilamente. Cuando juega España no me levanto diferente. Si juega el Valencia lo primero que pienso al salir de la cama es que ganaremos y que el día va a molar. Si no gana el Valencia el día no mola nada y si gana mola el día y el resto de la semana. Que la selección no condicione mi forma de vivir el fútbol supongo que viene de tantos años con el equipo secuestrado por el nacionalmadridismo y ya resulta curioso que cuando un tipo tuvo las narices de enfrentarse a ellos, hablo de Luis Aragonés y la cruzada en su contra porque no convocaba al madridista Raúl, en ese preciso instante se pusieron los cimientos de la mejor selección española de la historia, un equipo que sí enganchaba con el aficionado y que sí condicionaba el día a día de la gente con aquello de "hoy juega España". Pero poco a poco fue muriendo porque los resultados en el fútbol no son para siempre y porque tacita a tacita ellos recuperaron el terreno perdido. Es cómico ver como los mismos que han estado atizando a Piqué con una intencionalidad evidente y definida, se ponen ahora de perfil y señalan a las redes sociales como las culpables de que el central del Barça esté tan harto que decida dejar la selección tras el Mundial de Rusia. Dice Piqué que no es un calentón, que lo ha meditado. Vamos, que lo han acobardado. Hay que admitirlo, ante nuestras narices tenemos uno de los mayores éxitos del nacionalmadridismo de los últimos años. Enhorabuena, lo hacéis de cine, otra vez y cada día más, la selección española es vuestra. Como el Real Madrid es vuestro. Y como España, que también es vuestra. Estamos ante la victoria de una manera de ver las cosas que se resume así: España=Real Madrid.

PD: Dos ejemplos. Diario As: "Morata contribuyó desde el banquillo a la victoria de la selección. No jugó pero estuvo muy activo observando el juego de sus compañeros. Animó y gritó los dos goles de España". Reportaje del diario Marca después de que el italiano Montolivo se lesionara de gravedad tras una entrada de Sergio Ramos: "Montolivo y el club de los jugadores de cristal".

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