Hemos pasado de la lluvia y el barro de la mañana al calor sofocante del campamento, 36 grados por la tarde. Parece que han acabado estos primeros días complicados por las lluvias, y espero que entremos en la normalidad habitual. Hemos superado una dura prueba abriendo la pista, y con la preocupación de qué sorpresa en forma de barro o ríos crecidos me iba a encontrar. Pese a una pequeña pérdida de tiempo en un barrizal, he conseguido pasar un día que podía haber sido peligroso cediendo poco tiempo.

Las diferencias serán muy escasas en estas primeras jornadas, hay que estar atento e ir superando etapas sin sobresaltos.