El Levante fue auténtico amo y señor del Derbi durante la primera hora ante un Valencia desnortado e incapaz de superar su línea de presión, pero aun así salió de Mestalla goleado. Es la foto de un partido que pese al soplo de aire fresco volvió a terminar en derrota y con la sensación de haber dejado escapar una inmejorable oportunidad. El equipo se sintió liberado y no tuvo nada que ver con el de Alcaraz, especialmente en ataque, aunque la fragilidad defensiva y la ausencia de fuelle en la última media hora dictaron sentencia.No es cuestión de lanzar las campanas al vuelo, pero por mucho que las derrotas duelan siempre, es preferible perder así que como con la Real.

Las claves del partido

De Burgos le anuló al Valencia dos goles por fuera de juego de manera correcta, después le señaló al Levante un penalti que como poco es dudoso y más tarde no dudó en validar la sentencia de Feghouli. Fue por ahí, en dos acciones polémicas, por donde se decantó la balanza, si bien es cierto que a ambas se llegó a raíz de errores no forzados y que la verdadera clave del partido estuvo en el sinfín de oportunidades malogradas ante Jaume. Son las luces y sombras del debut de Rubi, que tenía radiografiado al Valencia.

Con siete valencianos

Uno de los grandes retos de Rubi es sacarle más jugo a la plantilla y aunque sería injusto calibrarlo por sólo un partido, la primera impresión es que ha empezado con muy buen pie para conseguirlo. A la espera de que lo vaya perfilando, ayer presentó en el Derbi un once inicial con siete valencianos, rescató a dos futbolistas del ostracismo, reconectó a Rubén y encajó en su sitio a Simao y Morales. Pese a que el estreno fue aprisa y corriendo, todo eso se tradujo en la mejor hora de fútbol del Levante desde tiempos inmemoriales, sin duda el mejor aval para que el nuevo entrenador vaya tirando cuando vengan peor dadas y la responsabilidad pueda ser más pesada.

Cuestión de veteranía

Que Pedro López, Navarro y Juanfran, los tres capitanes, coincidieran en el campo es sintomático de por dónde pueden ir los tiros, jueguen o no. Y es que de lo que se trata es de sumar. Cuanto más sean, mejor.