Hubo un tiempo en el que planeó la duda de qué era lo mejor tras el descenso, si barrer el vestuario o que los culpables apechugasen subiendo al equipo de donde lo habían bajado. Con el recogedor en la mano y un fuerte olor a lejía, como de recién fregado, desde luego está claro cuál ha sido el camino elegido. Tito dijo desde el primer día que el gran objetivo era hacer un equipo de Segunda y yendo de menos a más, casi sin darnos cuenta, la transformación parece estar entrando en la recta final. Si es cierto, como dicen, que aún queda alguna que otra sorpresa por ahí, cualquier parecido va a ser mera coincidencia. Veremos qué tal, pero ojalá que sea para bien.

Sobre la política de fichajes

Dos centrales, dos traspasos

No puede negarse que cierto empeño en borrar las huellas del pasado sí hay y que para muchos, no sólo para Trujillo, empezar de cero suena a utopía. Pese a su papel secundario, su regreso al Almería es sintomático de lo que está pasando en un equipo en el que varios de los que quedan en él siguen sin verse. Mención especial merece también una política de fichajes en la que pese a no presumir de chequera van ya dos traspasos pasando por caja.

Para bien o para mal, en el mercado se habla de las artes de Carmelo del Pozo, exdirector deportivo que salió por la puerta de atrás del Real Oviedo y a la postre secretario técnico de un Levante al que bastantes representantes colocan al mando de las operaciones (con opiniones sobre su estilo para todos los gustos). Gusten más o menos, estar fichando a los que como Chema eran objetivos número uno de la lista es positivo por narices. Quedan dos semanas para el inicio de la Liga y tiempo para el tanteo no hay ya mucho. Es hora de ir a saco y de estar preparados, como ayer, para continuar asistiendo a nuevas entradas y salidas.

Casadesús, curiosa renuncia

Las votaciones del vestuario

Unos se quieren ir y otros han disipado sus dudas y tienen claro que se quedan. Es el caso de Morales, sin duda una de las noticias de la semana. El Comandante, ojo a esto, se quedó a unos votos de ser un Capitán en las elecciones internas del vestuario con las que se cerró el stage en Campoamor. Tras la salida de los anteriores capos, especialmente Juanfran, los galones son obviamente para el veterano Pedro López más Verza y un Rubén que se estrena en el cargo. Del brazalete no ha querido saber nada Casadesús, aunque su renuncia no hay que interpretarla como un gesto de desidia sino de superstición. El balear tiene grabado a fuego que siendo él uno de los portadores ha descendido dos veces, con el Mallorca y el Levante. El cuarto capitán, por cierto, lo ha nombrado Muñiz y con sorpresa. Todos los números los llevaba Natxo Insa, un jugador que se presume como su extensión en el campo, pero a la postre el voto de calidad del técnico no podía ser para otro, cómo no, que para el mencionado Morales.

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