Invicto... aunque por los pelos. Esa es una de las muchas lecturas que se pueden extraer del encuentro disputado ayer por el Valencia Basket en Murcia. Un partido en el que pese a que los taronja no desplegaron un buen juego, jamás arrojaron la toalla y siempre creyeron en la victoria. Esa demostración de carácter y espíritu competitivo fue, junto al resultado, lo más positivo de un enfrentamiento que debe servir, sobre todo, para corregir errores de cara al futuro. Errores defensivos, de acierto en el tiro exterior e incluso de gestión del juego en forma de pérdidas. Afortunadamente, todo eso tiene solución, y más si se continúa sumando.

En ello tenía la mente puesta ya Velimir Perasovic nada más concluir el choque cuando, en rueda de prensa, no dudó en reconocer los deméritos de su equipo en el partido. Deméritos a los que el UCAM Murcia contribuyó de forma decisiva con un estilo de juego directo, rápido y sin apenas elaboración. El VBC, sin querer ni pretenderlo, cayó en la trampa. Durante demasiadas fases acabó contagiándose de la ´filosofía Quintana´ y eso le llevó a sufrir y no encontrar su sitio en la pista hasta prácticamente los últimos tres minutos del encuentro (75-68; min. 37).

Hasta ese momento, el cuadro local, con más o menos diferencias, no sólo había dominado el partido „el VBC hacia la goma esperando su oportunidad„ sino que daba la sensación de que tenía el triunfo prácticamente en el bolsillo. Sin embargo, la soberbia y la prepotencia de uno de sus hombres, Marcus Lewis, despertó a la ´bestia´. Una bestia llamada Valencia Basket. Lewis, tan buen jugador dentro de la cancha como poco deportivo „al menos eso es lo que demostró en el día de ayer„, llevaba varios minutos provocando a Serhiy Lishchuk. A falta de 3:36 para el final y con su equipo siete puntos arriba gracias en parte a su gran actuación, volvió a ´buscar´ al ucraniano, que se lo quitó de encima con un leve toque que exageró tirándose al parqué en una interpretación digna de un Goya. La acción fue castigada con técnica a Lishchuk ante la desesperación de un VBC que a partir de ese instante fue otro.

El equipo tiró del orgullo herido, apretó en defensa y sacó del partido a un rival sorprendido ante la nueva hoja de ruta. La imagen de Faverani, con los ojos inyectados en sangre, explicándole a Marcus Lewis cuál iba a ser la situación a partir de ese instante hablaba por sí sola. La metamorfosis llevó a un parcial final de 2-10 (77-78; min. 40) que, con el tiempo, habrá que saber valorar en su justa medida.

El triunfo, eso sí, se fraguó definitivamente en el último tiempo muerto cuando restaban apenas 8 segundos para el final (77-76; min. 39). La pizarra de Perasovic diseñó una jugada con varias alternativas pero con una consigna clara para Doellman. «Si puedes atacar el aro, ataca», le dijo el croata. Dicho y hecho. El norteamericano anotó bajo el aro a falta de 1,7 segundos y sentenció el partido.

77. UCAM Club Baloncesto Murcia (20+26+17+14): Franch (6), Gatens (17), Berni Rodríguez (14), Barlow (1) y Lewis (25) -cinco inicial-, Antelo (4), Tillie (2), Juan Jasen (-) y Miso (8).

78. Valencia Basket Club (14+29+16+19): San Miguel (10), Rafa Martínez (6), Ribas (12), Doellman (9) y Lishchuk (13) -cinco inicial-, Markovic (5), Keselj (-), Faverani (14), Dubljevic (9), Lukaiskis (-) y Pietrus (-).

Árbitros: José Antonio Martín Bertrán, Benjamín Jiménez y Juan de Dios Oyón. Eliminaron por cinco faltas personales al local Lewis en el minuto 39 y al visitante Lishchuk, después de indicarle una falta técnica, en el minuto 37.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga Endesa que se disputó en el Palacio de los Deportes de Murcia ante 5.518 espectadores.