No decepcionó el encuentro entre dos de los mejores equipos que se pueden ver en la actualidad en la Liga Endesa. Y eso que el inicio estuvo marcado por los problemas en la mesa con el acta digital y el limitado arbitraje del inexperto Zamorano, fuera de lugar en los primeros compases. Pese a ello, el espectáculo que brindaron ambos conjuntos resultó intachable, con un derroche de facultades e intensidad digno de elogio.

Fue Fernando San Emeterio el que, ofensivamente, sostuvo a los taronja en los primeros minutos (10-10; min. 5). Los ocho puntos del alero cántabro, que se enfrentaba por primera vez al equipo en el que militó las últimas siete temporadas, permitieron al Valencia Basket mantener la calma para, poco a poco, ir imponiendo su ritmo en el encuentro primero con Vives y luego con Van Rossom, que lució una aparatosa máscara, en la dirección.

Sería con las rotaciones cuando los locales alcanzarían las primeras rentas, marcadas sobre todo por la expulsión de Velimir Perasovic. El técnico croata, pese al buen recibimiento que le dispensó el público taronja, abandonó la cancha entre pitos tras ser expulsado por Emilio Pérez Pizarro antes del descanso. Corría el minuto 12 y, tras un tapón de Shurna sobre Diop y luego una falta señalada a este último, el preparador baskonista comenzó a protestar airadamente dentro de la pista. Tras la advertencia del colegiado, el entrenador del Laboral Kutxa siguió y fue castigado con una técnica. Todo parecía que iba a quedar ahí pero, cuando Pérez Pizarro ya se retiraba, algo más le dijo Perasovic porque se giró de inmediato y le expulsó con otra técnica.

A Velimir Perasovic no le quedó más remedio que retirarse a los vestuarios con una importante cara de asombro y literalmente rezando "me cago en la puta", al tiempo que el Valencia Basket firmaba un parcial de 0-7 en poco más de un minuto que le colocaba con su máxima renta en el electrónico hasta entonces (29-20; min. 13). Agustí Julbe, segundo de Perasovic, se hizo cargo del cuadro vasco al principio (luego el croata seguiría dirigiendo desde el túnel de vestuarios) y, liderado por James y Causeur, consiguió volver a centrar a su equipo para que reaccionara respondiendo al parcial con otro de 2-11 (31-31; min.16).

Pedro Martínez paró el partido con el objetivo de serenar a sus hombres y hacerles ver varios de los errores que estaban cometiendo, sobre todo en el terreno ofensivo. Resultó providencial. Los taronja volvieron a adueñarse del choque antes del descanso para, y tras disponer de una máxima renta de diez puntos (44-34), marcharse a los vestuarios con siete puntos de ventaja (44-37; min. 20). Gran parte de culpa la tuvo Justin Hamilton, muy activo en esos compases finales.

Tras la reanudación, el nivel físico del encuentro subió todavía más. El Laboral Kutxa sabía que sus opciones de triunfo pasaban por endurecer el juego y frenar a un Valencia Basket al que ahora le faltaba claridad para encarar la canasta rival (50-50; min. 16). Pese a que daba la sensación que era un buen momento para cambiar el ritmo del Baskonia, Pedro Martínez decidió no parar el encuentro. En su lugar optó por un doble cambio en la pintura. Entraron Dubljevic y Shurna en lugar de Hamilton y Sikma. El desgaste estaba siendo grande dentro de la zona y era necesario dosificar al juego interior.

Los problemas, sin embargo, llegaron desde fuera con un Adams que, desde el 6,75, hizo mucho daño a los valencianos (59-60; min. 29). Por entonces el base norteamericano llevaba ya 22 puntos en su cuenta particular,motivo por el que era necesario encontrar soluciones cuanto antes en defensa. Sobre todo de cara a un último cuarto en el que iba a decidirse absolutamente todo.

Ahí la productividad de Dubljevic y Stefansson resultaría determinante para mantenerse arriba en el luminoso aunque con pequeñas rentas. Los intentos también de endurecer la defensa llevaron a los locales a ponerse muy rápido en 'bonus', todo lo contrario que su rival que a falta de cinco minutos para el final sólo llevaba una falta (72-67; min. 35). El partido, por entonces, era una montaña rusa en el que cualquier cosa podía suceder. La Fonteta lo sabía y subió decibelios con el objetivo de ayudar al equipo con ese aliento que parecía faltarle por momentos (75-73; min. 37). Ese apoyo, junto a la dirección y defensa de Vives, resultó clave para acabar haciéndose con un partido que no tuvo dueño hasta el último minuto.

Y ese no fue otro que el Valencia Basket, que hacía quince años que no arrancaba en la ACB con un balance de 5-0 y que tras esta última victoria se queda como único equipo invicto con el FC Barcelona en la Liga Endesa. Además, suma por triunfos todos sus encuentros oficiales. Un total de nueve, cinco en la competición doméstica y otros cuatro en la Eurocup.

Problemas físicos para Dubljevic

Bojan Dubljevic tuvo que retirarse al banquillo a falta de dos minutos para la conclusión tras recibir un fuerte golpe en el estómago. Tras una primera exploración por el jefe de los servicios médicos, el doctor Miquel Frasquet, y los fisios no parece que los problemas del pívot montenegrino vayan a revestir mayor gravedad.

85 - Valencia Basket (20+24+17+24): Vives (3), Rafa Martínez (8), San Emeterio (16), Sikma (5), Hamilton (20) -cinco titular- Stefansson (12),Van Rossom (6) Sato (-), Dubljevic (13) y Shurna (2).

78 - Laboral Kutxa Baskonia (17+20+23+18): Adams (29), Causeur (5), Hanga (1), Tilie (10), Planinic (4) -cinco titular- James (10), Bourousis (8), Blazic (5), I. Diop (-) y Corbacho (6).

Árbitros: Pérez Pizarro, Bultó y Zamorano. Expulsaron por doble técnica al entrenador visitante Velimir Perasovic.

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.500 espectadores. Los jugadores de ambos equipos lucieron en su presentación camisetas con un mensaje de ánimo a Kyle Kuric, jugador del Herbalife Gran Canaria que ha sido operado de un tumor cerebral.