Para respirar y sentir el valencianismo no es necesario el Palco Vip. Tampoco los grandes escenarios ni los discursos grandilocuentes. Donde se junten dos aficionados del Valencia se respirará el valencianismo más allá del aval de la Generalitat y más allá de la Liga que Tebas ha montado para gusto y disfrute de Real Madrid y Barcelona y a su justa medida. Todo un negocio a repartir entre ellos.

Pero el fútbol no siempre es un negocio y mucho menos el Valencia. O mejor dicho, el fútbol no es, en esencia, un negocio aunque los haya que ponen mucho empeño en ello. Es un sentimiento. Y de sentimiento rebosaba ayer por la tarde un pequeño Asador de Burjassot „El Corralet„ donde la Penya Valencianista La Carrasca vivió su inauguración oficial. La traca detuvo el tráfico de la calle Lauri Volpi durante unos instantes en cuanto aparecieron Míchel „que ejerció de anfitrión„ y Vicente Guaita que desde que se sentaron hasta que se fueron no hicieron más que firmar y firmar fotografías. Tantas que Fernando Valls, empleado del club, tuvo que apresurarse a poner más sobre la mesa al ver la cara de decepción de un niño pensó que se quedaba sin la firma de sus ídolos.

Antes de la cena final, la fiesta se coronó con la entrega de los detalles para las autoridades, el Teniente Alcalde de Burjassot, Rafa García García, para el miembro del consejo del Valencia y ex futbolista Juan Cruz Sol, para la directiva de la peña La Carrasca, para los representantes de la Agrupacio de Penyes del Valencia, su presidente Blas Madrigal y el directivo Miguel García, y por supuesto, para los futbolistas Vicente Guaita y Míchel Herrero. Burjassot grita Amunt Valencia!