La verdad de Álvaro Negredo. El tiburón, más íntimo y claro que nunca.

El de Vallecas descubre su fichaje, desvela una charla con Lim, las llamadas de Salvo, cuenta su infancia en el barrio de Vallecas, cómo la gente le desaconsejaba el Valencia y cómo él creyó en el proyecto. Ha venido para ganar y encontrar su felicidad plena a base de goles.

A ver que nos aclaremos Álvaro... ¿Cómo queda la opción de compra? ¿Hay obligatoriedad o no?

La hay, la hay. Yo hablé solo de si entrabamos en Champions, pero fue un malentendido. Lo explico. En un principio se iba a hacer la operación de la forma que lo dije en la rueda de prensa. Es decir, solo había obligación si quedábamos entre los cuatro primeros. Pero es que al final, la operación se hizo tan rápido y a última hora que cogimos el avión a Valencia a la hora de firmar y se cambiaron unas cosas en el último momento que, si te digo la verdad, yo ni me enteré. Estaba tan nervioso y demás que ni yo lo pregunté ni nadie me lo comentó. El otro día, lo primero que hice nada más salir de la sala de prensa fue preguntarlo. Dije, ¿es verdad esto? Y me dijeron que sí, que se cambió a última hora. La cláusula era que yo en el momento en que jugaba un partido ya estaba fichado por el Valencia. Es decir que el día del Elche no solo debuté con el Valencia, también me fichó ese día el Valencia.

La afición se llevó un buen susto.

¡Es verdad, me imagino, les pido perdón! Fue un lapsus. Lo que es más importante que todo eso y lo que tienen que saber es que mi intención es estar aquí, no quiero moverme, estoy feliz, muy feliz, quiero quedarme aquí mucho tiempo, ni quiero salir en función de cómo quedemos, lo único que quiero es crecer con el club y crecer todos juntos.

¿Hasta donde puede crecer con el Valencia?

Lejos. Este Valencia ha hecho cosas muy grandes no hace mucho tiempo a nivel europeo y, ¿ahora por qué no? Hay que empezar de cero. Está claro que hay que tener muchísima calma porque no podemos querer ganar la Champions el año que viene. Hay que ir paso a paso y creer en el proyecto. La Liga está difícil este año, pero estamos ahí. Va a ser una cosa más de nosotros mismos. Ganas de estar ahí arriba en la Liga no nos va a faltar. Detecto una ilusión grandiosa por ganar y estar arriba y eso nos va a hacer grandes. Yo lo voy a dar todo por estar arriba porque además creo que podemos estar. Creo en este proyecto. Si no no hubiera venido. Lo he hecho y estoy feliz. Muy feliz.

Y eso que no juega todavía de titular. ¿Cuándo le veremos en el once?

Bueno, es lo normal. Vengo de una lesión muy larga y todavía falta un poco, aunque esperemos que no mucho. Voy pasito a pasito, cada día voy encontrándome mejor y eso es lo importante. Cuando esté al cien por cien se verá en el campo cuando el míster decida ponerme. No tengo tampoco prisa. No es una cuestión de meterle presión al míster y decirle ‘Ya estoy’. Estaré cuando esté. Esta es una recuperación muy complicada. La gente que ha tenido mi lesión siempre me dice que es muy larga y difícil. Y es verdad. Hay días en los que acabas de entrenar y todavía sientes una molestia o una carga en la zona que es lógico, porque eso va generando una callo en el hueso y a veces molesta. Lo bueno es que cada vez me siento mejor y estoy cogiendo en el pie la fuerza que perdí.

No debe ser fácil llegar nuevo a un sitio y hacerlo lesionado...

No lo es. Y, mira, por eso es de agradecer la implicación que tuvo todo el mundo en el Valencia para ficharme. Eso me dio muchísimo que pensar. Sabían que estaba lesionado, que me iban a quedar seis, siete, ocho partidos para jugar y, sin embargo, siguieron apostando por mí. Eso me hizo entender que el Valencia me veía como una opción de futuro y no solo para este año, he firmado por cuatro temporadas y ojalá los cumpla. Viendo a este Valencia, ojalá pueda seguir muchos años más aquí, hasta que el cuerpo aguante, quiero estar aquí porque creo, porque estoy a gusto en la ciudad y en el club. Estoy feliz y encima hago lo que me gusta.

¿Cuánto echa de menos el gol?

(Suspira) Muchísimo, muchísimo. No te lo puedes imaginar. Porque vivo de ello. No es que tenga ansia ni nada, es una cuestión difícil de explicar pero el que es delantero, de cualquier categoría me da igual, sabe a lo que me refiero. Es, como diría yo...meter un gol para mí es la vida. Es la sensación de vida y de sentirte bien contigo mismo. Si no marcas no te sientes bien contigo mismo. Ahora yo no me estoy exigiendo marcar gol, aún es pronto, los dos primeros partidos contra el Elche y el Villarreal salí con el resultado a favor y es distinto. Sí que es verdad que contra el Athletic me hubiera gustado aportar más, pero ahora mi momento es coger forma y coger minutos. Quiero una recuperación perfecta, para salir y que me vean cojeando, pues prefería no estar y por eso decidimos esperar un poco más cuando tuve la recaída. Ahora el gol no es una obsesión. Lo que pasa es que meter un gol es mi momento más feliz. Me siento orgulloso porque es un momento en el que le puedes dar alegrías a miles de personas, le das puntos al equipo y me siento yo bien porque los delanteros somos muchas veces egoístas en ese sentido. Al final vives del gol, el gol se paga, el gol gana puntos, el gol lo es todo. Es mi forma de vida.

¿Cuál ha sido su mejor gol? No vale contra el Valencia.

Espero que el mejor gol esté por llegar, pero tengo muy buen recuerdo de mi gol de falta en el Almería. Aquel que Corona me la levantó y yo le pegué de volea. No estaba visto y le tengo mucho cariño. Aquel gol surgió de Unai. Fue idea de él. Sabía que le pegaba bien y me dijo que una falta ahí que aparentemente no tiene mucho peligro, pues de volea si podía tenerlo. Jugamos sábado y el viernes, entrenando, tiré diez veces y no me entró ni una. La más cerca fue el palo, pero al palo de abajo. ¡No fue ni buena! En el partido le digo a Corona 'levántamela’. Pasó Soriano por mi lado y me dijo ‘Que no, que no, que estás loco’. Le dije que la iba a meter y salió perfecta. ¡Se me subió el gemelo y todo! Pedí el cambio me fui y en el vestuario me preguntaban todos por la locura que había tenido. Es uno de los recuerdos más bonitos de mi carrera.

¿Ya sabe a quién le va dedicar su primer gol?

Me acordaré de mi toda mi familia, mis amigos, pero sobre todo de Aitana, mi niña que es mi debilidad. Es ella con la que me levanto todas las mañanas y la que me da fuerzas. Siempre hemos tenido una relación muy pegadiza. Cuando llego a casa enfadado por algo del fútbol o cabreado porque el entrenamiento no me ha salido bien, le veo la sonrisa y se me pasa todo. Ella es capaz de arreglar todos mis problemas con solo mirarme. Siempre le he dedicado los goles, pero esta vez más que nunca porque ella siempre ha estado pendiente de mí durante estos meses de lesión, intentando cuidarme, jugando conmigo y yo con ella, pasó mucho tiempo conmigo cuando tenía la pierna en alto y es devoción lo que tengo con ella.

¿Va a verle en los partidos?

Sí, si el horario no es muy tarde y al día siguiente no tiene colegio, sí que viene. En Manchester los horarios eran buenos y no se perdía ni uno. ¡Ni uno!

Viendo su piel tatuada es fácil entender la importancia que tiene la familia para usted.

Mucha. Me intento marcar el cuerpo con tatuajes hacia ellos porque son los que siempre han estado conmigo, los que están y los que siempre van a estar. Eso lo voy a tener claro hasta mis últimos días. A ellos les importa el tema futbolístico, les importa el Negredo, pero lo que más les importa es el Álvaro, no el Negredo. Eso a mí me llena muchísimo porque su primera pregunta para mí siempre es cómo estoy. Mi profesión para ellos es secundaria. Eso quiere decir mucho, para mí son muy importantes.

¿Es futbolista gracias a ellos?

Yo creo que sí. Creo que sí. Viendo a mis hermanos jugar fue cuando yo empecé a sentir el fútbol. Son ellos los que hicieron que me apasionara este deporte. Mi padre no sabía nada de fútbol, pero se implicó con nosotros de una forma que siempre le estaremos agradecidos. Nos llevaba a los entrenamientos, a los partidos. Ni él ni mi madre permitió que no nos faltara de nada. Ellos hicieron un esfuerzo muy grande para que todos fuéramos futbolistas. Éramos tres hermanos, los tres futbolistas, ellos solo dos. Recuerdo que se tenían que dividir. Yo era el más pequeño y jugaba al fútbol sala en el colegio que estaba cerca de casa y sí podía ir andando, pero luego pasé al Fútbol-11 y nos llevaban en coche. La suerte es que mi hermano mediano jugaba a la misma edad... Luego el mayor se sacó el carnet, se fue a Canarias con 18 años y los traslados eran más fáciles, pero siempre les agradeceré aquellos esfuerzos. Esos valores que me han inculcado son los que luego intento aplicar yo a mi vida.

’CJR’, lo lleva en su piel. Se lo besa cada vez que marca un gol. ¿Qué significa ese ritual?

Son las iniciales de mis padres José y Juani, por eso la ‘J’, tengo la ‘R’ de Rubén y la ‘C’ de César. Arriba tengo el nombre de Aitana, mi hija. Siempre que marco me lo beso, es mi ritual. Cuando salí de casa por primera vez de Madrid a Almería me hice solamente la ‘J’ por ellos, fue el primero, pero mis padres no eran mucho de tatuajes...menos mal que ahora van cediendo un poco... ¡Aunque siguen sin gustarles mucho! (Ríe) Me lo hice por ellos, porque me ayudaron a jugar al fútbol y era una forma de dedicarles los goles. Luego ha ido aumentando la familia...

Lleva el futbol en los genes. Tres hermanos y tres futbolistas.

Es raro sí. (Sonríe) Mi padre siempre fue una persona que de vez en cuando veía algún partido, pero no era de pasión. Apuntaron a mi hermano a una escuela de fútbol cerca de Vallecas, le empezó a gustar y a nosotros de verle tan feliz, nos empezó a entrar las ganas y nos apuntaron también. ¡Al final fuimos uno detrás de otro!

¿Así que sus primeros goles fueron con sus hermanos?

Con ellos, sí. Mi casa en Vallecas es una urbanización cerrada y pasaba todo el día jugando al fútbol con ellos. Mi madre estaba segura porque, aunque jugábamos en la calle, la urbanización era tranquila y no había peligro. Recuerdo que abría la puerta y nos decía: ¡Ale, para abajo a jugar, no me deis más guerra! Y allá que nos íbamos siempre con el balón.

¿Y cómo son ahora las comidas en casa de los Negredo?

Pues se habla de todo menos de fútbol, desconectamos. Date cuenta que estamos todos los días hablando de fútbol por el Whatsapp y por el teléfono y cuando coincidimos intentamos hablar lo menos de fútbol. Los tres tenemos niñas e intentamos disfrutar de ellas en esos ratos.

Todos sus compañeros de vestuario siempre me dicen una palabra cuando hablan de usted: Humildad.

Mis padres me han enseñado siempre a saber de donde vengo siempre y no perder la cabeza nunca. Para mí lo más importante es cuidar a la gente que te quiere. Estoy muy contento de la educación que me han dado. No olvidar de donde vienes, en mi caso de Vallecas, es importante. Si te olvidas de donde vienes el palo es más gordo. Esta es una profesión en la que se te puede ir la cabeza. Es una profesión en la que lo tienes todo si quieres y haces las cosas bien. Yo tengo compañeros que eran mejores que yo, pero fuera del terreno de juego no lo hacían bien, no se cuidaban, las compañías no eran buenas...Yo he intentado cuidarme y mira, al final, lo he visto todo recompensado haciendo lo que me gusta que es jugar al fútbol al máximo nivel.

¿Qué cosas de toda la vida continúa haciendo ahora como estrella de fútbol?

Intento estar con mis amigos de toda la vida siempre que puedo. Ahora a Valencia vienen ellos, pero en Manchester también venían. Yo creo que esas amistades nunca hay que perderlas. También soy una persona muy familiar. Siempre que puedo me escapo a Madrid e intento disfrutar de mi gente.

Los que están disfrutando son los aficionados del Valencia. Y eso que aún no ha jugado. ¿Se imaginaba un cariño así?

Está siendo increíble. Desde el primer día. Sabía que iba a ir gente a la presentación porque me lo habían dicho, pero no que sería esa locura. Me hizo muchísima ilusión. También ahora en los partidos. Me ponen los pelos de punta y ahora solo pienso en recompensárselo en el campo. Ojalá.

¿Qué es lo más bonito que le ha pasado en Valencia?

La afición, pero también los compañeros. Me quedo con cómo me han tratado desde que he llegado y cómo me han animado en mi recuperación. Cuando debuté ellos fueron los primeros que se alegraron por mí y trabajar en un grupo así me hace pensar que están contentos con que yo esté aquí. Al igual que yo lo estoy.

¿Qué es lo que más le está sorprendiendo de este Valencia?

Es verdad que yo ya conocía la Liga española, que conoces a la afición un poco, pero este año me ha sorprendido lo metida que está la gente, por el arranque, por el nuevo presidente, por la motivación que genera el entrenador, por el juego del equipo...al final son muchos los factores que están contribuyendo a crear un clima perfecto para que la dinámica del día sea buena. Ojalá sigamos en esta línea hasta final de temporada.

¿Cambia mucho Mestalla de local a visitante?

Cambia muchísimo. He tenido partidos contra el Valencia apasionantes, algunos muy guerreros, he tenido de todo en ese sentido. Cambia mucho. Ahora estoy aquí y es un placer defender esta camiseta y disfrutar de todo esto. El mensaje es claro: la unión de todos nos va a hacer más fuertes.

A ver si llega a jugar en el nuevo...

Ojalá. Lo veo al pasar cada día que voy a entrenar. Ahora solo falta que vayan terminándolo, aunque queda mucho. Ojalá se den prisa y podamos jugar en él.

¿Por qué elige el Valencia?

Fue mutuo. Sabía del interés desde principio de verano, sabía que era su primer objetivo, que tenían muchísimas ganas de ficharme y mi representante sabía que yo no estaba a gusto en el City por la situación, no por la ciudad ni el equipo. No tuve la confianza que tuve en otros momentos y yo era el mismo. Seguía haciendo las cosas bien, pero hay veces que los entrenadores se decantan por otro y hay que aceptarlo. A mí parecer el trato no fue igual que con otros, porque yo había respondido, había jugado hasta lesionado, con dolores increíbles en el hombro y forcé por el equipo y me molestó que luego no se me diese la oportunidad de compensarlo. Yo forcé por ellos y ellos no hicieron nada por mí. Al final la situación no era la ideal para afrontar una temporada y dije que quería salir. Había opciones de otros países, pero le dije que no. Que se centrase en la oferta del Valencia que era la que más me atraía. El Valencia hizo un esfuerzo grandísimos por traerme aquí, que se agradece muchísimo.

No fue un fichaje tan relámpago como pareció entonces.

Venía de lejos, venía de lejos. Desde principio de verano se fue fraguando la cosa, yo sabía del interés y ellos sabían que me gustaría venir, lo que pasa es que el City tampoco lo puso nada fácil para salir. La prueba es que hasta el último segundo no se hizo efectivo. Al final era una cosa de clubes, porque yo había dado el OK al Valencia desde hace mucho tiempo.

¿Cuál fue el gesto que acabó por decidirle?

Hablaba con gente del club, me comentaban el proyecto y desde el primer día lo vi bueno. Era muy interesante. La gente me decía ‘pero si el Valencia no juega ni en la Champions, ni en Europa, ni en nada, ¿por qué te vas allí?’ Y yo le contestaba que es que los proyectos empiezan de cero. La plantilla se ha rejuvenecido mucho, hay mucha calidad y yo quería formar parte de este proyecto para volver a estar con el Valencia arriba. Hacía mucho tiempo que el Valencia no estaba en competiciones europeas, pero tenemos que volver.

Uno de los que le ayudaría a decidir sería Silva, ¿me equivoco?

No para nada, sí que hablaba con él y estaba encantado. Me habló estupendamente de la ciudad, que ya la conocía, como del club. David es una de mis pasiones futbolísticas. Siento debilidad por él porque es un grande en todos los sentidos. Es el jugador que a todos los delanteros nos gusta tener por detrás. Tiene visión, es de tiqui-taca, pero es de los que va para adelante, sabe cuando tiene que tocar y cuando ir adelante y eso a los delanteros nos vuelve locos.

¿Lo ficharía?

Hombre, por supuesto.

¿Cuándo conoció a Peter Lim?

Pues, como todos los compañeros. Es verdad, yo antes no lo llegué a conocer. A Amadeo sí es que es verdad que lo conocía, habíamos estado en contacto, pero a Peter no.

¿Qué le pareció?

La verdad es que muy bien. Estuvo un poco hablando conmigo en inglés y la verdad es que me causó muy buena impresión. Él dejó un mensaje muy claro que fue que estábamos haciendo las cosas bien, nos felicitó por ello, nos dijo que él veía que teníamos mucha ilusión y que siguiéramos trabajando como hasta ahora. Recuerdo una frase que nos dijo que él que iba a hacer lo posible para que este club creciese, pero que esa responsabilidad también era nuestra y la quería ver de nuestro lado. Al final para que el Valencia crezca tenemos que sumar todos.

¿Y a nivel personal qué te dijo?

Me preguntó por el pie y le contesté que estaba mejor, que poco a poco iba a ir entrando en las convocatorias y él se alegró cuando le dije que me encontraba muy bien. Fue muy cercano conmigo, como con el resto de compañeros... ¡Es verdad que yo tengo un poquito más de inglés que el resto de mis compañeros y por eso habló un poco más conmigo! (Ríe)

Él más que nadie estará esperando su gol.

Seguro. Él al final fue la pieza clave para mi fichaje. Está claro que el trabajo de Rufo y Amadeo fue muy importante, pero al final la decisión más importante era la de él.. y le voy a estar eternamente agradecido por el trabajo y esfuerzo que hizo por traerme aquí. A él y al resto también. Siempre lo voy a valorar.

¿Le gustaría que se quedara Salvo en el Valencia?

Sí, por supuesto. Me gustaría que se quedara porque es una de las personas que me ha traído aquí, tengo una relación fantástica con él, pero más allá de eso, creo que es una de las personas que más ha luchado por el Valencia. Ha luchado por el Valencia, no para el Valencia y esa es una diferencia que le hace grande.

¿Cuanta culpa tiene Nuno de este arranque espectacular de temporada?

Mucha. Me gusta su exigencia... aunque a veces en los entrenamientos te caliente y te meta mucha caña. Yo creo que al final eso es importante. Me gusta del míster no deja que se relaje nadie. Él consigue una cosa muy importante y es la tensión con la que se entrena y la actitud con la que ves al resto de compañeros eso te hace sentir que el equipo está muy metido y esos son cosas que veo de ser un equipo ganador. Este equipo siempre quiere competir, siempre quiere ganar y eso el míster lo está sabiendo llevar. Sabe trabajarlo, lo explota al máximo. Desde fuera me doy cuenta de que sabe meter a la gente con sus ruedas de prensa, pero es que dentro hace lo mismo. A nosotros los jugadores también nos hace meternos.

¿A qué entrenador se le parece más de los que ha conocido?

Pues a Emery, hay cosas de su carácter que me recuerdan a él. Unai ha sido una de las personas que más me ha marcado en mi carrera deportiva. He coincidido dos veces con él, con él di el salto a Primera y siempre voy a tener un recuerdo bueno para él. ¡No hable con él antes de fichar porque venía a la competencia y no le podía decir nada! ¡Tampoco le hubiera gustado! Luego sí que me lo he encontrado y lo primero que hizo es darme la enhorabuena y decirme que se había alegrado mucho. Me dijo que este era un gran club y que lo iba a disfrutar.

Tanto hablar del tridente y el día del debut no da los resultados que esperábamos.

Es verdad que no funcionó, pero es que el partido fue muy feo y no se crearon ocasiones. No se generó juego. Yo estaba en el banquillo y veía como Rodri y Paco no tenían situaciones fáciles, por el buen trabajo del Athletic también. Encima tampoco ayudó el campo. Fue un partido de contacto, muy físico. Lo que está claro es que podemos jugar juntos. Se puede, no se puede, eso ya será decisión del míster. Nosotros jugaremos donde nos pongan y respetaremos al míster.

¿Y cómo es la competencia con Paco y Rodrigo?

Son dos delanteros de un nivel excepcional, los dos lo están demostrando en el Valencia y en la selección española. Encima tenemos muy buen rollo entre nosotros. Los dos me han recibido fenomenal y no es decirlo por decir. Ninguno me ha visto como una amenaza, me han visto como una ayuda para ellos, igual que ellos lo son y van a serlo para mí. Los tres sabemos que hay una competencia, porque la hay, es innegable, pero va a ser una competencia sana. De eso estoy convencido. Tú siempre quieres lo mejor para ti, siempre quieres jugar y marcar de forma egoísta, pero sabemos que al final lo importante es el escudo. Hay un equipo delante y soy el primer que me he alegrado cuando han marcado y ojalá sean ellos los primeros en alegrarse cuando yo lo haga.

Voy acabando. ¿Sigue encendida la llama de la ilusión por la selección?

Sí, ojalá que sí. Es el sueño de cualquier futbolista. Yo he tenido la posibilidad de ir bastante tiempo y ojalá que pueda volver porque eso significará que estoy haciendo bien el trabajo con el Valencia y será una buena recompensa, sería un dos por uno.

He acabado y no le he preguntado por el derbi de Valencia. Negredo es un especialista en esos partidos.

Si, es verdad, no se me dan mal. He jugado últimamente el City-United, jugué los del Sevilla y el Betis y la verdad es que los derbis me gustan. Creo que el Valencia-Levante nos es igual a un Sevilla-Betis por masa de afición y por lo que envuelve esa semana, pero me gustará jugarlo y, sobre todo, ganarlo. Queremos ganarlo, sabemos que es un campo difícil y un equipo complicado que no te deja jugar, pero queremos ganarlo.

¿Con un gol suyo?

Ojalá.­­­­­­