Raúl está sólo. Luce el brazalete de capitán pero no tiene ni voz ni voto desde que regresó Florentino Pérez a la presidencia del Real Madrid. Su mejor época ya pasó y ahora no digiere estar en el banquillo. ¿Qué capitán no se alegra al ver cómo sus compañeros remontan un partido? ¿Quería ser protagonista y no pudo serlo en la victoria a Almería? ¿Ya no es necesario? Manuel Pellegrini dijo ayer en Marsella que Raúl «tenía un problema familiar y no tenía la concentración suficiente. Pero sigue teniendo el mismo papel que a principios de año, es un jugador muy importante». Nadie entiende por qué le convoca si no está preparado, es más, incluso le llamó para salir al rectángulo de juego, pero el gol de Benzema (3-2) abortó la sustitución. En el Real Madrid hay cuatro capitanes, junto a Raúl están Casillas, Guti y Sergio Ramos, pero Florentino lo tiene arrinconado.

Con Calderón, Raúl dio el OK a Juande Ramos

Lo primero que preguntó Florentino —antes incluso de ser presidente— fue por el grupo de influencia de Raúl para erradicarlo de raiz. Heinze y Míchel Salgado fuera, traspasados al Marsella y al Blackburn Rovers, Gago es el único que sigue en la plantilla pero ya busca una salida para el mercado de invierno. Con Ramón Calderón Raúl mandaba mucho, hasta dio el beneplácito para fichar a Juande Ramos, pero el cuento ahora es diferente. Casillas es ahora el jefe, ha cogido los galones desde que volvieron de la pretemporada celebrada en Irlanda y Estados Unidos, la regeneración en el Real Madrid acababa de empezar. En una mesa, Iker convocó a todos los exponentes del vestuario para tirar del carro y nadie se acordó de Raúl. ¿Por qué? Sólo piensa en él, no se lleva con nadie. Entrena y se va. Nada más. Palabras, las justas. Iker y cía tenían muy claro que había que ponerse las pilas para llevar el vestuario del Real Madrid, Florentino se lo había puesto en bandeja. A Raúl se le respeta por su trayectoria, pero por nada más. Su egoísmo le va a llevar a salir por la puerta de atrás.

Florentino está harto de su actitud egoísta

Desde que se fue Fernando Hierro, a Raúl sólo le ha interesado jugar. Ser protagonista. Ni acude a las cenas que frecuentemente organiza la plantilla —la última, la pasada semana que pagaron los nuevos fichajes— ni digiere su suplencia. Aunque tiene contrato, Florentino no va a permitir que siga más allá del próximo 30 de junio, está cansado de su actitud egoísta y ya no le consulta nada, una situación que ha despertado los celos de Raúl.

A Iker le recriminan

la bronca de Almería

La convivencia en el vestuario del Real Madrid está a punto de estallar. El diario ´Público´ informó en su edición de ayer que hubo varios jugadores que no aceptaron la bronca de Iker Casillas por los fallos cometidos contra el Almería, aunque al final se logró ganar. Con esto no desautorizaron al verdadero capitán, lo que le recriminaron fue el momento, ya que acabaron de ganar y querían hablarlo al principio de semana.

Aragonés ya se cargó

a Raúl de la selección

A Raúl le cuesta digerir un rol secundario, como ya ocurrió con la selección en el Mundial de Alemania con Luis Aragonés, pero a él no le tembló el pulso para no incluirle en las convocatorias rápidamente, como tampoco hizo con Míchel Salgado. No aceptar el rol que uno tiene en el equipo es peligroso si no se corta de raíz y Florentino no le quiere.

Pellegrini se echó atrás con Raúl

Raúl González empezó a calentar en la segunda parte, corría el minuto 80 y Pellegrini le llama. El jugador, obediente, se quita la sudadera para entrar pero al Madrid le señalan un penalti a favor y el chileno le dice que «aguante». Cristiano lo falla, pero Benzema marca el 3-2, Raúl ni se inmuta en la banda y Pellegrini llama a Diarra aunque el ´7´ piensa que le reclama a él: «Ahora no, ahora no», le dicen. Falta un tercer cambio y entra Drenthe, el técnico fue claro: «Ya no hay más cambios».