Banega está ante el año de su confirmación en el Valencia. Ha alcanzado la madurez y confía en que las cosas le salgan mejor que la pasada temporada. Le da igual el sistema que elija Emery, que juegue al lado de cualquiera de las «dos arañas», Albelda y Topal, incluso que no estén Villa y Silva. El argentino siente la «responsabilidad de hacer las cosas lo que mejor que sé». Dentro del campo, sin renunciar a su sangre pero evitando las rojas absurdas, y en el vestuario. Éver se ha convertido en el ´padrino´ de sus dos compatriotas Tino y Chori. El primero es competencia, pero cree en su potencial. Al segundo lo ve enchufado y con ganas de reivindicarse. No se consideran un clan, pero sí tres compañeros unidos para ayudar al Valencia.

Hace apenas ocho meses estaba ´solo´ y ahora ya son tres argentinos en plantilla.

—Y todos buena gente. Muy bien, muy bien, con el Chori, el Tino, los tres nos estamos ayudando para que todo sea más fácil, para que el Tino se adapte pronto y para que los tres miremos hacia delante y nos hagamos un sitio en el equipo, que no va a ser fácil.

—¿Qué tal ve al Tino?

—Tiene muchísima calidad, se le ve en cada entrenamiento. Por algo está en el Valencia. Tiene calidad de sobra para tirar de este equipo, solo le falta ganar minutos y confianza, y para eso estamos nosotros. Además, el Tino es una persona que se hace de querer rápido, porque es una excelente persona.

—¿Lo conocía?

—Que va, que va, si cuando llegó le dije: Pero oye, tú de dónde vienes, dónde te has metido todos estos años que no había oído hablar de ti. Y me contó su vida. Que desde chico se fue, y todo el sacrificio que ha hecho, por eso le ha llegado ahora la oportunidad, por todo el esfuerzo que hizo.

—¿Cree que le puede costar adaptarse al fútbol español?

—Cuesta, cuesta, siempre cuesta... Mira al Kun lo que le costó y estamos hablando de uno de los mejores jugadores del mundo.

—Pero él viene de Francia.

—Sí, pero da igual, en España se juega de una forma diferente y ahora tiene que adaptarse a los compañeros, al entrenador, a la pelota... son tantas cosas, pero para eso estamos nosotros.

—¿El Chori está ya adaptado?

—Al Chori le veo enchufado, con muchas ganas. Quiere hacerse un hueco y pelea por ello. El Chori lo vive mucho, quiere ser importante, y para lograrlo hay que pelear mucho.

—¿Cómo ve a su compatriota?

—Bien, lo veo bien, tranquilo, ahora lesionado, pero confiado. ¿Su año? Bueno, el tiempo lo dirá, yo solo le puedo decir que le veo enchufado.

—Son tres argentinos peculiares: uno que ha jugado en la isla Guadalupe, otro en Rusia, usted dando el salto a España sin apenas jugar en Argentina...

—La vida en el fútbol no es fácil, cuesta que te llegue tu oportunidad, cada uno se busca la vida como puede y el esfuerzo y el sacrificio que cada uno de nosotros ha hecho en su vida, yo dejando la familia, el Chori viviendo en Rusia, Tino peleando por ser futbolista.... todo ese sacrificio al final tiene premio y ese para nosotros es ser jugadores del Valencia.

—Con el Chori menos, pero con el Tino Costa compite de todas, todas por un puesto en el once.

—Pero eso no importa, menos mientras sea competencia sana. Solo once pueden jugar. Veremos. Hay que sumar para el equipo y esa debe ser nuestra única preocupación. El colectivo, no el individuo

—¿Hay clan argentino en el vestuario?

—No existe ningún clan, ni de argentinos ni de portugueses ni de franceses. Aquí todos somos compañeros, hay buen ambiente, pero claro que hablas más con unos que con otros, pero eso no es un clan, eso pasa en todos los trabajos.

—¿Y qué tal el colectivo?

—La verdad es que el equipo ha trabajado en Eslovenia muy bien, ahora tenemos dos partidos ante rivales importantes y veremos cómo estamos, pero del equipo no podemos tener queja. Estamos trabajando bien, asimilando trabajo y se muy bueno para que los nuevos se adapten.

—¿Este año es el de la confirmación de Banega?

—Esperemos que sí, aunque espero también que antes que mi año sea el del Valencia. Porque una cosa irá relacionada con la otra. Confío en que me salgan mejor las cosas de que lo que me fueron el año pasado.

—Sin Villa y Silva, ¿siente más responsabilidad? ¿Siente que debe de tener otro rol en el equipo?

—Siento la responsabilidad de hacer las cosas lo mejor que sé, me da igual quién esté o deje de estar.

—¿Nota las ausencias?

—Estamos hablando de dos campeones del mundo, es normal que se note, pero por calidad individual, porque por colectivo seguimos teniendo un excelente plantel. El equipo se ha reforzado bien.

—Entre los refuerzos, Topal, un futbolista llamado a facilitar el trabajo de jugadores como usted.

—Todos los nuevos van a aportar mucho, no solo Topal. Los dos puntas tienen buena pinta, tengo la sensación de que Soldado y Aduriz van a suplir bien la baja del Guaje. Y a Topal lo veo bien, es un jugador que con Albelda nos da fuerza. No tenemos una araña, tenemos dos con Topal y Albelda. Hay jugadores para suplir a cualquiera y para jugar cualquiera.

—¿Con cualquier sistema?

—Sí, claro, el sistema me da igual, un equipo tiene que tener estilo y personalidad, luego jugará de una forma u otra.

—¿Es optimista?

—Sí, por supuesto, salimos a pelear por todo. Somos el Valencia.

—¿Está tranquilo?

—Sí, claro.

—Se lo digo porque Emery quiere que controle más sus impulsos en los partidos.

—Estoy tranquilo, el temperamento no siempre es malo.

—Pero en ocasiones conlleva expulsiones como la del primer partido de la pretemporada.

—Las expulsiones hay que evitarlas siempre que se pueda, aunque a mí el otro día no me expulsaron. Se dice que los argentinos somos temperamentales, somos así, soy de los que piensa que si no tienes sangre no puedes jugar al fútbol.