Ayer era mucho más que la Ciudad Deportiva de Paterna. Era la ´ciudad´ de la ilusión, la del ´sentiment blanc-i-negre´. Y todo gracias a los 425 componentes de la escuela de fútbol-7, cuya fiesta de final de temporada se convirtió en una auténtica demostración de valencianismo puro y transparente. Con ellos, más allá de presupuestos, fichajes o resultados aislados, el futuro del club de Mestalla está garantizado. Tanto dentro como fuera del campo.

Todos los niños, de edades comprendidas entre los 4 y 12 años, lucieron con orgullo el escudo. Se sintieron más especiales que nunca. Algunos incluso olvidaron por unos minutos sus lesiones, o que llevaban el brazo en cabestrillo, y saltaron al terreno de juego como si nada. Hasta 32 equipos, desde alevines (12) hasta querubines (2), pasando por benjamines (12) y prebenjamines (6), desfilaron por el césped del ´Mini. Lo hicieron sonrientes, disfrutando de cada momento al máximo.

Era el momento de recoger el premio a todo un año de trabajo y sacrificio. Y la Fundació VCF, como organizadora y directora de la rama más ´pequeña´ de la escuela blanquinegra, quiso agradecerles ese sacrificio, compromiso y amor a los colores con la presencia de uno de sus ídolos, Vicent Guaita. Éste participó en el acto desde el lado contrario al que solía hacerlo en su infancia: como el miembro de turno del primer equipo que acude a saludar uno por uno a los chavales. «A todos los niños les gusta ver de cerca a un jugador del Valencia. Cuando yo era como ellos, me moría de ilusión porque así fuera», reconocería después el de Torrent.

La del portero no fue la única cara conocida que vieron los 425 niños que han pertenecido a la escuela de fútbol-7 durante la 10/11. A pie de campo, para estrecharles las manos, también estaba Unai Emery, además de otras personalidades y responsables de la escuela. El técnico no quiso perderse la fiesta, en la que estaba implicado emocionalmente por la presencia de su hijo, Lander, componente del prebenjamín C. Con el ´A´ de esa misma categoría apareció el primogénito del coordinador de la secretaría técnica, Braulio Vázquez.

Muchos de los niños tendrán la oportunidad de regresar en septiembre a las instalaciones de Paterna, para comenzar a preparar la próxima campaña. Pero no será así en todos los casos. Algunos de los que ayer estaban en la Ciudad Deportiva no volverán a lucir los intereses valencianistas en su vida. Un mal trago, seguro, que no les hará olvidar, ni a ellos ni a sus familiares, todo el valencianismo que llevan dentro.