El nombre de Javier San Juan resulta desconocido en el mundo del fútbol español. También para los cántabros que no conocen a fondo el fútbol base de su provincia. Al que le suena y mucho es a Sergio Canales. Es su padre futbolístico. La persona que se fijó en él cuando jugaba en la pista del colegio de Los Agustinos como entrenador del Club Bansander, el técnico que redactó el informe del niño y recomendó su fichaje nada más llegar al organigrama técnico de la escuela del Racing de Santander y su primer entrenador en el club verdinegro en aquel Alevín B de 2002 de los Terrón, Jorge Merino, Ángel Díez y compañía. SUPER localizó al ahora entrenador del Infantil A del Racing para recordar aquellos años en los que el «rubio de Agustinos» crecía y crecía y no dejaba de crecer. Siempre con la melena rubia al viento y esa mezcla de timidez fuera del campo y desparpajo en el césped que aún le acompaña allá a donde va.

Los caminos de Javier y Sergio se cruzaron en un invierno de 1999. Javi era entrenador del Club Bansander y Sergio un renacuajo de siete añitos que jugaba en el Prebenjamín del equipo de su colegio, Los Agustinos. «La primera vez que le vi fue cuando era entrenador del Bansander. Jugamos la semifinales de la Copa de Cantabria contra Los Agustinos que era su colegio. Era pequeñito, zurdo, tenía plasticidad y era muy vistoso. Solo con verle controlar un balón ya era suficiente. La verdad es que llamaba la atención». Javier se quedó prendado de aquel niño prodigio y se fue enamorando más de él a medida que lo fue viendo jugar. «Dio la casualidad que al año siguiente jugamos la final de benjamines contra su colegio y me tocó ver partidos de ellos para ver como éramos capaces de secarlo. Era fútbol-7. A veces jugaba por la izquierda o de mediocentro. Le daba igual... Sergio hizo un buen partido, pero les ganamos», recordaba con orgullo Javi. El destino les había unido dos veces en un año. Era una señal. «Aquel verano me llamó Santi Gutiérrez para que entrara a formar parte del organigrama técnico del Racing. Acepté y recuerdo que una de las primeras cosas que plantee fue el fichaje de Sergio en una reunión». «En Agustinos hay un rubito que tiene que ser nuestro». No se equivocaba el bueno de Javi. ¡Cuanta razón tenía! El Racing hacía historia sin darse cuenta fichando a Canales, con algún problema. «Los Agustinos es un colegio grande que maneja a muchos niños. Ahora menos, pero antes eran muy reacios a dejar marchar a sus alumnos a los clubes de fútbol. Los padres nos dieron el visto bueno, pero el colegio nos costó de convencer».

Afortunadamente para el Racing, Sergio y ahora el Valencia, Los Agustinos daban su brazo a torcer. Canales comenzaba la temporada 2001/02 como nuevo jugador del Alevín B del Racing. ¿Y saben quién era su entrenador? Sí, Javier San Juan. No hay dos sin tres. El destino volvía a unirlos. «Fue un año muy especial. Era mi primer año de entrenador, era el primer año de Sergio. Hizo un año muy bueno a pesar de que tuvo una grave lesión. La superó y fue el mejor. Era nuestro capitán, el líder de una generación de calidad. En aquel equipo estaba José Carlos Terrón que ahora está en el Parma, Ángel Díaz que es portero en el Recreativo o Jorge Merino que se fue al Atlético de Madrid». Javi recuerda muchas anécdotas de aquel año. «Un fin de semana nos fuimos a jugar un torneo a Muskiz, cerca de Bilbao. Allí estaban el Madrid, el Barcelona, todos. A nosotros nos eliminaron pronto. Recuerdo que fui el último día a ver la final y me dijeron los de la organización: ´¿has venido con el niño?´. Yo pregunte que qué niño... Era Sergio. Ya se había ido con sus padres a Santander y les tocó volver a recoger el premio». Aquel premio al mejor futbolista, que también recogió en la Liga, fue el primero de muchos. El más importante fue el de ´Juega con nosotros´. «Fue un torneo de Navidad que organiza el Racing que se llama ´Juega con nosotros´ que junta a todos los equipos de la región. El Racing compite con sus equipos ´B´ y las reglas dicen que el mejor jugador debe ser de fuera del club. Pues, bueno, Sergio cambió las reglas del torneo. Nos reunimos los técnicos y decidimos dárselo a él».

Algo que nunca más volvería a pasar. Le conocían como el rubio, el de la melenita y le empezaban a sacar parecidos. El que se llevaba la palma era el de Julen Guerrero. «Le decían aquí en el norte que se parecía a Julen Guerrero. Por el pelo, por su plasticidad... En un torneo recuerdo que fue elegido mejor jugador y le regalaron una camiseta de Julen Guerrero, nos reímos mucho». Como futbolista era una firme promesa, pero... ¿y cómo persona? «Siempre fue un encanto de niño y buen estudiante, un poco introvertido, pero era normal. Al Racing llegaban los mejores de cada equipo, no era fácil. Le han pasado muchas cosas, pero sigue manteniendo su identidad. El entorno y la familia le ayudan mucho. El domingo coincidí con ellos en un torneo de Villalaredo y están muy contentos. Yo también me alegro mucho por su explosión como futbolista. Nos sorprendió que explotara en el Racing con aquellos goles tan bonitos porque su especialidad siempre fue crear fútbol, pero encantados. Fue un orgullo vivir aquel ´boom´. Ahora creo que esta nueva etapa en Valencia le va a venir muy bien», auguraba. Como Javi tenga el mismo ojo que entonces... estamos de enhorabuena.