«Es su trabajo como director deportivo» dicen en el Valencia cuando se pregunta si Braulio Vázquez está buscando entrenador. El propio Vázquez admitió sin miedo el pasado verano que antes de que el presidente Manuel Llorente fichara a Pellegrino él se reunió, por ejemplo, con el portugués Villas Boas porque era «su trabajo» también. Se le puede dar normalidad al asunto o se puede decir que a Pellegrino le quedan ´dos telediarios´, pero lo cierto es que, por si acaso, el Valencia se está cubriendo las espaldas y su director deportivo, „no de ´motu propio´„ ha desempolvado la lista de entrenadores libres ante la posibilidad de que el club, o mejor dicho, su presidente, se vea obligado a cesar al técnico argentino. Es la ley del fútbol.

No hay más que ver la clasificación; el Valencia es undécimo en la tabla y fuera de casa presenta unos números paupérrimos, solo dos goles a favor „los dos a balón parado„ y solo dos puntos. Y cinco derrotas. En casa la estadística termina por maquillar partidos ganados por puro milagro „Athletic de Bilbao„, partidos ganados por pura pegada „Celta de Vigo„ o partidos ganados de manera tal, que el propio Pellegrino tuvo que decir «no merecimos la victoria» „Espanyol„.

Visto así, tienen razón en la zona noble del club cuando tratan de dar categoría de ´normal´ al hecho de que Braulio busque entrenador, porque si se revisan los dos últimos partidos de Liga del equipo, no parece una locura pensar que La Real Sociedad puntúe en Mestalla el próximo sábado a las seis de la tarde, y lo que es peor, es casi ciencia ficción creer en la victoria ante Osasuna en Pamplona. Mañana miércoles hay partido ante el Llagostera, Copa del Rey, con una renta de 0-2 a favor. ¿Trámite o contratiempo? Tiempo al tiempo.

Solo el buen papel en la Liga de Campeones le cambia la cara a un equipo que no arranca y que en Málaga hizo uno de los peores partidos que se le recuerdan a cualquier ´alineación de jugadores del Valencia´ en las últimas temporadas. Recuérdese la rueda de prensa posterior del Flaco para dar fe de su estupor ante lo que había visto el día en que su equipo se jugaba meterse de lleno en la lucha por la Champions ante el rival directo: «En el aspecto de las cabezas de mis jugadores tengo muchos interrogantes. Me he sentido muy sorprendido. Asumo la responsabilidad, yo el primero. Mis jugadores han estado muy mal», dijo.

Queda claro que el equipo no funciona y por ello también parece de lo más normal que Pellegrino tuviera una charla ayer con sus futbolistas antes de que diera comienzo el entrenamiento, y que entre otras cosas les dijera a la cara «no me hacéis caso». El técnico mostró su malestar a los jugadores porque durante el partido no se hace aquello que se trabaja durante la semana y lanzó un aviso cuando uno de los jugadores se atrevió a decir «estábamos muy cansados»; les recordó que ahora el calendario viene favorable y no hay ´excusas´ con los compromisos europeos. Y sobre todo, que si no se sacan adelante los partidos de aquí a final de año, será imposible pelear por estar arriba.

Pese a todo, parece complicado pensar que Llorente cese a un entrenador al que hipotecó su futuro cuando solo él apostaba por su fichaje, para ello haría falta una auténtica debacle. Por si acaso, la secretaría técnica se cubre las espaldas. Es su trabajo... Claro.