El delantero rumano Gica Craioveanu, que logró la tercera plaza con el conjunto vasco en la temporada 1997/98, analiza desde su óptica experimentada las claves del Valencia y la Real Sociedad, que colisionarán el próximo domingo en Anoeta pendientes de resolver quién logrará finalmente la plaza que otorga el pasaporte para la próxima edición de la Liga de Campeones.

¿Qué partido espera el domingo en Anoeta?

—Un encuentro un poco más táctico que lo habitual, no va a ser el mismo que el de la primera vuelta. Será un poco más trabado, no tan abierto. La Real es consciente de que incluso con el empate puede alcanzar su objetivo, quien debe arriesgar un poco más es el Valencia. Pero enfrente estará la mejor Real Sociedad de los últimos años, que no ha perdido un partido en mucho tiempo en Anoeta.

—¿Cuándo ubica la última generación exitosa de la Real Sociedad?

—No hemos visto una Real tan fuerte desde que se logró el subcampeonato. El otro día, estaba hablando con Darko Kovacevic y rememoramos el equipo de la temporada del '98, en la que logramos ser terceros. Era muy fuerte atrás y con una pegada descomunal en ataque. Comentábamos que el éxito no depende únicamente de un jugador, por ejemplo, de Aguirretxe. Este es un conjunto bastante compensado, y me da la sensación de que finalmente terminará entre los cuatro primeros.

—¿Cómo explica la buena temporada del equipo?

—Trabajan muy bien en grupo y arriba tienen hombres con gran facilidad para desequilibrar. Está Griezmann, Vela, Xabi Prieto o Chory Castro. Es un equipo bien trabajado y con una confianza enorme. El fútbol son estados de ánimo, y la Real tiene la moral por las nubes. El Valencia me parece más irregular. Es capaz de hacer partidos brillantes, como el otro día, y partidos menos buenos.

—¿Considera que al tratarse de un conjunto joven acusará la presión?

—Hasta hace un mes, yo pensaba que sí. Sinceramente. Pero visto lo visto, y de acuerdo con los últimos partidos, creo que no va a acusar la presión. Jugó muy bien contra el Málaga, también en Vallecas. El peor partido que hizo quizá fue el otro día contra Osasuna, jugó mal. No creó ocasiones. Pero el Sadar es un campo muy complicado.

—El Valencia dio un golpe de autoridad contra el Málaga. ¿Parece dispuesto a pelear por la Champions?

—Sí, además es su deber. Por plantilla, por presupuesto y por todo, tiene que pelear. Debe acabar entre los cuatro primeros. Tiene jugadores importantísimos, incluso internacionales, como Rami o Soldado. Es posible que hayan despertado un poco tarde porque tuvieron una racha negativa, pero parece que con Valverde han encontrado el rumbo correcto. Ojalá el Valencia termine lo más arriba posible.

—¿Puede ser la Real Sociedad un modelo de reconversión a imitar por el Valencia?

—Es posible. La Real ha fichado con mucha cabeza. No se han precipitado a la hora de llevar a cabo los traspasos, han fichado jugadores importantes y necesarios para cada puesto. No han tirado la casa por la ventana fichando un crack que, a la postre, puede salir mal.

—Y además han hecho un gran trabajo en la formación de jugadores...

—Es algo increíble. Yo veo pocos equipos que trabajen la cantera como la Real. Posiblemente pueda equipararse a la del Barça y a la del Real Madrid. Es una alegría ver a futbolistas saliendo de Zubieta. Es puro talento gratis para el club. Para lograrlo es muy importante que el entrenador confíe en los jóvenes. Si tú no le concedes minutos, Illarramendi no llegará nunca a ser el futbolista que es ahora. Nunca podría ser tan valorado y apreciado en el mercado. O bien Zurutuza, o Iñigo Martínez, que tiene más ‘novias’ que Chuck Norris.

—Quizá ese sea el principal acierto de Montanier, que sin embargo, fue muy discutido meses atrás...

—Estuvo al borde de la destitución, pero el club ha tenido paciencia con él y los resultados no tardaron en llegar. Desde que llegó Valverde, en Valencia pasa algo similar con Parejo. Estaba desaparecido, estaba muerto y en los últimos partidos ha mejorado bastante. Si un entrenador no confía en un jugador, está muerto. En cambio si tú ves que el míster confía y tira de ti, debes demostrarle algo. Es la base del entendimiento entre futbolista y entrenador. Y del éxito, por qué no.

—¿Es esa la clave de Valverde? Ha reconvenido a algunos jugadores que parecía que no servían para jugar en el Valencia.

—Sí, recuerdo el caso de David Albelda, que no iba ni convocado a algunos partidos, y, para mí, es uno de los futbolistas más importantes del Valencia en la última década. Ahora hace lucir a los demás, todos sabemos lo que es David: trabajo, recuperación y dar el balón a su compañero más cercano. Es un emblema para el club, como podría serlo Raúl para el Real Madrid, manteniendo las distancias.

—¿Podría llegar a serlo también algún día Éver Banega?

—También. Este chico tiene muchísimo talento. Ve el fútbol con una gran facilidad, hay que conducirlo por el buen camino. Debe dejar de un lado las tonterías y hacer lo que mejor sabe, que es jugar al fútbol. Hacer disfrutar a la gente. Esta clase de futbolistas son muy especiales. Son auténticos talentos con los que, a veces, hay que tener un poco más de paciencia...

—¿Qué determinará el resultado final del partido del domingo?

—Una de las claves del partido estará en el centro del campo. Otra será si los centrales del Valencia serán capaces de neutralizar a Vela y la buena racha que atraviesa Aguirretxe de cara a gol. La lucha en el centro del campo estará igualada y que serán los detalles los que decidan ‘el partido de los cracks’.

—¿Qué proyección de futuro tiene la plantilla de la Real de cara a las próximas temporadas?

— Me da miedo que nos ‘roben’ los jugadores, que a final de temporada se vayan a otros equipos.Va a ser difícil mantenerlos porque además, hay que tener en cuenta las necesidades del club, que tampoco pasa por su mejor momento económico. Aun así, estamos un poco mejor que el Valencia... Es una auténtica pena que se haya desprendido de jugadores descomunales como Villa, Silva o Mata. Con ellos, el club hubiese peleado por algo más.

—¿Se atreve con un pronóstico?

—Creo que os vamos a ganar, que la Real vencerá por la mínima, 1-0 o 2-1. En Anoeta está muy fuerte, jugando a un gran nivel y deja escapar muy pocos puntos. El campo estará lleno. El domingo habrá más de 30.000 almas empujando.