Braulio Vázquez fue el primer miembro de la expedición en llegar a Donostia, lo hizo en coche, ya que a media mañana se había citado con Iñaki Ibáñez, representante de Ernesto Valverde. La sintonía entre el Director Deportivo y el técnico es buena, y una de las condiciones a las que el Txingurri le da una gran importancia para continuar ligado al club es saber con qué gente va a trabajar a diario, después de que como él reconoce a su gente, cada día hay una sorpresa. Tras la cita a tres bandas Técnico-Director Deportivo-Fundació, promovida por Amadeo Salvo „vicepresidente de la Fundació del Valencia CF„, al técnico le pidieron tiempo para comunicarle qué personas pasarían a dirigir el club, y sería en ese momento cuando negociarían con su representante la continuidad.

A pesar de los continuos cambios de escenario que han habido en el club desde la dimisión de Manuel Llorente, Valverde sigue valorando seriamente su continuidad, pero como el propio Ibáñez le dijo a Braulio, lo más importante van a ser aspectos cualitativos que cuantitativos. En su día se alcanzó un acuerdo económico, pero como ahora ha cambiado el escenario, se va a partir de cero. Y hasta que no se defina la situación actual no se van a iniciar las negociaciones. Al margen de que las opiniones de los futbolistas son muy positivas hacia el trabajo de un técnico que ha convencido al vestuario para ir todos en la misma dirección y con personalidad para tratar a todos por igual con independencia del currículo que tienen. Es un técnico que además ha definido un estilo y a pesar de no haber hecho nada extraordinario en sus primeros meses, en Copa del Rey cayó eliminado por el Real Madrid y en la Champions no pudo con el PSG a pesar de pelear la eliminatoria hasta el último instante, tiene el beneplácito de todo el valencianismo, pero como el propio Iñaki Ibáñez le insistió a Braulio en el encuentro de este domingo por la mañana en una cafetería próxima al hotel de concentración del Valencia en Donostia, el dinero no va a ser su principal argumento para renovar o poner el punto y final a su etapa valencianista.