"Los jugadores que se quedan ya saben lo que tienen que hacer"

Diego Alves ha vuelto para quedarse. Pese a encajar dos goles, el partido del guardameta brasileño es digno de venerar y, de no ser por él, el equipo podría haber vuelto a Valencia goleado. La gran parada a bocajarro que le hizo el jueves pasado a Reyes fue la antesala de la actuación del portero en la capital. Pese a encajar un gol de Cristiano en el descuento, Alves le hizo seis paradas durante el encuentro de un total de nueve. Lo desquició. El portugués lo intentó desde el minuto dos, cuando tras un buen pase de Bale se quedó solo ante el meta y este le adivinó la trayectoria. El partido acababa de comenzar y la guerra psicológica se decantaba del lado valencianista. En el ecuador de la primera mitad se enfrentaron de nuevo y otra vez Alves paró el disparo de Cristiano. El tercer cara a cara entre ambos se produjo al filo del descanso, en la jugada previa al gol del Valencia, y también Alves sacó su repertorio para evitar el gol. A los diez minutos de la segunda mitad Alves volvió a aparecer, y de qué manera. Cristiano remató un balón rechazado y el meta brasileño sacó una buena mano abajo para enviar el esférico a córner. Las muecas de desesperación del potugués evidenciaban el buen hacer de Alves. Y todavía quedaba más. A falta de un cuarto de hora para la conclusión el portero valencianista despejó un fuerte disparo del de Madeira de falta directa desde la media luna. Cristiano no sabía por dónde disparar hasta que, en el descuento y tras embotellar el equipo madrileño a los valencianos, consiguió batirle pero no arrebatarle la gloria de haber salido del Bernabéu siendo el MVP. Nueve paradas del brasileño y un partido muy serio del Valencia permiten a los de Pizzi volver a Valencia con un buen empate.