Potencia en la zancada, buenos recursos técnicos, físico de atleta, instinto para el gol y una cabeza bien amueblada. Rodrigo ofrece una combinación de cualidades realmente prometedora. Por calidad, margen de mejora y raigón futbolístico, el hispano-brasileño asoma como un refuerzo realmente interesante. El Valencia CF incorporará a un atacante con ADN de selección española y puede conjuntarlo con otro goleador de enorme futuro en el panorama nacional como Paco Alcácer. Sus cualidades -lejos de solaparse- pueden armonizar y compaginarse para articular una gran delantera. Rodrigo se ajusta a la descripción de ´nueve´ clásico de forma natural, pero también es capaz de jugar por los costados, tirar una pared, morder en la presión y romper al espacio en busca del gol. Remate, desborde, asociación, intensidad y llegada. La versatilidad es una de sus virtudes más importantes, pero el notable rendimiento que ha ofrecido está temporada tiene que ver con la continuidad. Asentado definitivamente como pareja de Lima, el delantero ha jugado muchos partidos actuando como segundo punta en el 4-4-2 de Jorge Jesus. Eso le ha permitido generar rutinas, mecanizar movimientos y aumentar su cifra de goles.

El Valencia CF amplia su catalogo de ataque con un delantero que multiplica las posibilidades. Rodrigo podría desarrollar la función Eduardo Vargas y también ocupar el lugar de Alcácer. El hispano-brasileño asoma como un delantero cada vez más completo y en plena evolución. Quienes conocen en profundidad al futbolista destacan su inteligencia. Tiene las ideas claras y busca la manera de mejorar marcándose objetivos cada vez más altos. Eso explica su progresión.

Rodrigo lleva cociendo a fuego lento durante las tres últimas temporadas en el Benfica. Todo a pasos lentos, pero seguros. Los portugueses se lo compraron al Real Madrid por seis millones de euros en 2010. Su primera campaña la pasó cedido en el Bolton de la Premier League. Allí jugó en todas las posiciones del frente del ataque. Owen Coyle se empeñó en aprovechar su potencia y llegada para que intentase imprimir verticalidad desde la banda derecha. La adaptación no fue fácil, pero la experiencia fue útil.

El salto al Valencia le llega en un punto magnífico por madurez, experiencia y estado de confianza. Rodrigo pasa por el mejor momento de una carrera en plena expansión. Con 23 años, el hispano-brasileño se ha trabajado su protagonismo en el Benfica. Un club enorme, habitual en Liga de Campeones e ideado para dominar a nivel doméstico. Rodrigo ha estado en las dos últimas finales de Europa League (con fatídico desenlace ante Chelsea y Sevilla, donde falló desde los 11 metros en la tanda de penaltis) y esta campaña ha ganado todo lo que se podía ganar en Portugal: Liga, Taça y Taça de la Liga. Está acostumbrado a la presión y la asume como algo natural. Ha competido por un puesto con delanteros como Javier Saviola, Nélson Oliveira, Kardec o Lima y en el último semestre se ha impuesto definitivamente a Cardozo, después de que en el último mercado de invierno se hablase de propuestas de Inter, Zenit o Liverpool. La paciencia y la constancia han sido esenciales.

Rodrigo ha cumplido su sueño de ser jugador y eso se nota. Es un chaval natural, sencillo. Su padre y representante, Adalberto, fue un elegante carrilero del fantástico Flamengo de los años 80 cuya carrera se truncó por las lesiones. Su vida casi siempre ha sido fútbol, fútbol y fútbol. Eso lo han ´padecido´ su madre y su hermana. Los otros dos pilares básicos en su vida. Nacido en Río de Janeiro, Rodrigo terminó de criarse en España por una serie de casualidades extraordinarias. Siendo niño, compartió clase con Thiago Alcántara -el hijo de Mazinho- y juntos empezaron a jugar al fútbol sala en el colegio y en el prebenjamín del Flamengo. Los lazos familiares que se establecieron fueron tan potentes que la familia de Rodrigo terminó volando hasta España para que Adalberto dirigiese la escuela de fútbol de Mazinho en Vigo.

Rodrigo y Thiago causaron sensación en el Ureca de Nigrán. La rompieron anunciando una cuota de talento por encima de la media. El resto es historia conocida: el mayor de los Alcántara se fue el Barça y Rodrigo al Celta. Poco después, el próximo delantero del Valencia pasaba al Juvenil del Real Madrid por 300.000 euros. Su carrera ya estaba lanzada. Formado a caballo entre Río de Janeiro, Galicia y la Ciudad Deportiva del Madrid, Rodrigo hizo el ´Erasmus´ en Bolton y se ha graduado en Lisboa, donde ha encontrado el ambiente preciso para consolidarse. Nunca tuvo la posibilidad de jugar con Brasil pero siempre se ha sentido muy bien con su país de adopción. Internacional en categorías inferiores con España, Rodrigo ya ha jugado unos Juegos Olímpicos con la Selección y el verano pasado se proclamó campeón de Europa Sub21 junto a Thiago, Isco, Koke o Illarra. Ahí fue titular apara Lopetegui por delante de Álvaro Morata.