Táctico, inteligente y eficaz. El Valencia Mestalla certificó ayer el objetivo de la permanencia con una comparecencia solvente que, con el resultado favorable de la ida, soslayó desde los primeros compases la idea angustiante del descenso a Tercera. Sin conceder un instante de debilidad, se trabajó una victoria por la mínima que enterró las aspiraciones del Algeciras y la próxima temporada estará de nuevo en Segunda B. Mestalla observó ceremoniosamente cómo el filial valencianista remachaba la eliminatoria de un soplido y demostró una militancia que no se diluye en los límites del primer equipo.

Los primeros minutos del encuentro transcurrieron sin ocasiones, con un dominio insustancial por parte del conjunto de Curro Torres, que se sintió a gusto en Mestalla, aplicado en cada parcela, como si un par de semanas bastaran para ser conocedor de cada secreto del terreno de juego. Gayà y Rober, uno en la izquierda y el otro por derecha, aprovecharon, entre tanto, para distinguirse como los solistas más afinados de este equipo. Fue precisamente el ´7´ quien protagonizó el primer zarpazo en torno al cuarto de hora de juego.

Aunque no estrenó el marcador, el filial valencianista demostró más presencia en el centro del campo y personalidad ofensiva que su contendiente. Lo intentaron Chumbi e Hiroshi. Por su parte, los de Manolo Sanlúcar, como si la situación no apremiase, esperaron agazapados en su campo y envidaron de forma deliberada al contragolpe. Las incursiones de Alfaro y las galopadas del delantero Martins no inquietaron los dominios de Jaume.

El Valencia Mestalla no perdió voltaje con el paso de los minutos y tras el descanso, Molina aprovechó para filtrar un pase entre líneas que dejó a Rober vía libre para encarar al último defensor antes del portero y a punto estuvo de finiquitar la contienda, pero su disparo lo repelió el guardameta. Fue la ocasión más nítida hasta el momento. Mestalla suspiraba con el extremo, que está llamado a desempeñarse en el primer equipo. La tarde se quedó fría en el viejo coliseo de la Avenida de Suecia y el Algeciras se llenó de urgencias.

Los de Sanlúcar gobernaban en la medular y dispusieron hasta de tres aproximaciones seguidas. La última, tras una jugada embarullada en el área, la sacó Gayà de cabeza sobre la misma línea de gol. Pero si de algo ha servido la playoff por la permanencia es para constatar que este equipo sabe sobrevivir a determinadas situaciones de partido. El Valencia Mestalla ya sabe sufrir sin que se le vaya el partido por el desagüe. Con Curro, el filial ha alcanzado su madurez, y así esgrimió sus armas para contrarrestar el empuje del Algeciras, ya por las bravas, y rentabilizar la superioridad del resultado de la ida.

Actuaban entre líneas Fernando Cano y Molina, bregaban Chumbi e Hiroshi en la línea de ataque y en cuanto se presentaba la ocasión, salían disparados Gayà y Rober dirección al área contraria. El Mestalla dignificaba su papel secundario con cierta solvencia, mientras los visitantes se aferraban a su espíritu de supervivencia y en el último tramo de partido incluso marcó un gol, pero no subiría al marcador por fuera de juego. A falta de diez minutos para el final, Chumbi apuntilló al conjunto visitante y Mestalla le reconoció con una cerrada ovación. Sin extravagancias, como siempre, volvió a ser el hombre más determinante de cara a portería.

Cuentan con Curro

Acaba contrato el 30 junio pero en el Valencia dan por hecha la continuidad de Curro Torres en el banquillo del filial de cara a la próxima temporada. «Si no hay problema por parte del club, continuaré aquí», confesaba el entrenador al finalizar el encuentro ayer, pese a que aseguró que todavía no conoce su futuro. Desde el club están muy contentos con el trabajo de Curro, tanto al frente del cadete, como su predisposición para hacerse cargo del filial en un momento complicado y lograr el objetivo.