El día en que el Valencia CF se clasificó para disputar la previa de la Champions League fue el más feliz para Peter Lim. El propietario de la entidad de Mestalla, que compró el club y arriesgó parte de su patrimonio personal para mejorar la plantilla, disfrutó como un valencianista más con la victoria de su equipo. Pero la jornada no fue todo sonrisas, Lim primero tuvo que vivir con nerviosismo un partido que el Valencia remontó.

La mañana antes de la ´final´ ante el Almería, Peter Lim se mostró simpático y cercano. El dueño del Valencia saludó y se fotografió con los aficionados que se acercaron a la concentración del equipo. Lim parecía muy relajado, desconocía el sufrimiento que le esperaba horas más tarde. El de Singapur, un hombre con una agenda que limita sus movimientos, aprovechó la ocasión para conversar con Nuno y Lay Hoon sobre el futuro del club. En esos momentos, el Valencia no tenía asegurada la plaza de Champions para el próximo curso.

El transcurso de los minutos significó el aumento del nerviosismo de Peter Lim. Se acercaba el partido en el que su equipo se jugaba el todo por el todo, la Champions o la nada. Ya en los Juegos del Mediterráneo, al propietario del Valencia se le vio intranquilo. Tras los saludos protocolarios con el Presidente del Almería, Lim observó el desarrollo del encuentro con cierto nerviosismo. El de Singapur no podía disimular su preocupación, porque el equipo no jugaba bien y en dos ocasiones los almerienses se colocaron por delante en el marcador. Peter, como un valencianista más, saltó de alegría con el gol de Paco Alcácer. El de Singapur sonreía de felicidad cuando Hernández-Hernández señaló el final del encuentro. Lim y todo el valencianismo ya sabían que su equipo seguía en la lucha por estar en la próxima Liga de Campeones.

Peter Lim explotó de felicidad con la victoria de su equipo. Tras ser aclamado por algunos aficionados, Lim bajó a los vestuarios y felicitó a cada uno de sus jugadores por el esfuerzo que habían realizado. Mustafi fue el encargado de inmortalizar el momento en que todos juntos „jugadores, cuerpo técnico y propietario„ celebraron la clasificación a la competición europea más importante.

La fiesta no había hecho nada más que comenzar. En el regreso a casa, Lim estuvo en todo momento en contacto con la plantilla. Era uno más de los que reían las bromas y cánticos de los jugadores. El dueño del Valencia se mostró cercano cuando ayudó a Diego Alves en la salida del aeropuerto. El equipo era exaltado por un grupo numeroso de aficionados que se acercó a Manises a recibirles. Lim no podía contener su expresión de alegría. El de Singapur sentía el calor de la afición, esa felicidad que surge en los verdaderos triunfos.

La guinda del día llegó cuando Peter invitó a cenar a toda la plantilla en la marisquería Civera. El equipo al completo -incluido el lesionado André Gomes- festejó la consecución del objetivo marcado al inicio de la temporada. El reto que le queda por delante a Peter Lim es apasionante, la Champions League, una competición que le traerá más alegrías.