Ernesto Valverde prácticamente huyó de Valencia después de aquel partido de Sevilla, donde no logró clasificar al equipo para la Liga de Campeones después de haber firmado números de auténtico récord en los 24 partidos que dirigió al equipo en la Liga. Su porcentaje del 58,3% de victorias es el segundo mejor en la historia del club entre los entrenadores que dirigieron más de veinte partidos de liga, un registro con el que estuvo jugando Nuno Espirito Santo durante gran parte de la temporada anterior, llegando a estar por encima del 60% mediada la segunda vuelta, para acabar la campaña rozando el 58 (22 partidos ganados de los 38). Ese dato con el que arrancó el Valencia se ha convertido a día de hoy en un 54,6% transcurridas seis jornadas de la Liga 2015/16, consecuencia de los empates con Rayo, Depor y Betis además de la derrota con el Espanyol, aunque está todavía a la altura de los mejores, es superior incluso al de las tres temporadas de Rafa Benítez en que logró dos títulos de Liga, con un 53,5% de victorias en sus 114 partidos.

Nuno y Valverde se volverán a ver las caras con las espadas en todo lo alto, después de que sus dos enfrentamientos de la temporada anterior acabasen en tablas. Empate a cero en Mestalla y polémico 1-1 en Bilbao, con un gol de Aduriz en el minuto 90 en claro fuera de juego. Se le presenta al técnico portugués una buena oportunidad para devolver el golpe a un Valverde por primera vez cuestionado entre los aficionados del Athletic por sus pobres resultados en este inicio de temporada „una sola victoria y un empate en los primeros seis partidos„ a lo que se suma una política de rotaciones en la competición europea que tampoco está dando frutos ni deja contenta a la exigente cátedra de San Mamés. Algo por lo que ha pasado también Nuno, al que han desgastado los flojos resultados en el inicio de temporada y una serie de variaciones en el equipo titular que no gustaron a nadie.

Delanteros

Valverde todavía ve más coincidencias entre los dos equipos al menos en estos compases iniciales. Tal como expresaba en su rueda de prensa previa al partido, el Athletic tiene también que solucionar un serio problema en el ataque. Tiene uno de los mejores goleadores de la Liga, como es Aduriz, pero con él no es suficiente y lleva en su casillero cinco goles a favor por nueve encajados: "No basta con llevar el balón al área, hay que hacer valer el dominio, ser contundentes en ataque y marcar goles, eso es en lo que tenemos que mejorar. En el mundo del fútbol o matas o te matan". Y avisados están de que, este domingo sin ir más lejos, el equipo de Nuno les puede hacer daño si no prestan la debida atención a Negredo, Alcácer o Rodrigo: "los delanteros del Valencia son terribles con espacios", asegura.

El Valencia al que se enfrenta es, a su juicio, "un equipo de Champions, a nivel de volumen de gasto de fichajes se ha movido a la altura de Real Madrid y Barcelona. Son un equipo muy equilibrado, sobre todo físicamente, con un centro del campo de gran nivel que llega muy bien desde atrás y unos delanteros muy rápidos que pueden ser terribles con espacios", reitera.

La importancia del partido es enorme para los dos técnicos, aunque a nadie pasa por alto que el Athletic podría caer en puestos de descenso si no logra impornerse ante su afición al Valencia. El propio Valverde decidiñó dejar en casa a varios de sus titulares en el último desplazamiento de Europa League a Holanda, que acabó con derrota ante el AZ Alkmaar. Solo una victoria dará sentido a esta masiva rotación que el técnico defiende: "Si pierdes porque has cambiado algo, es un análisis simplista y lo acepto, pero considero que tengo una plantilla que manejar y las rotaciones son algo que hay que hacer".

¿Un empate? "Todo depende del transcurso del partido", dice el extremeño. "Tenemos que ir hacia adelante y tratar de poner el juego para merecer ganar. El año pasado en San Mamés la igualada nos valió porque logramos el gol al final, pero en la ida merecimos algo más", concluye.